El día 21 de octubre, en otoño al igual que el pasado año, ha irrumpido con fuerza en el panorama cultural sevillano un nuevo estreno de Salvador Távora, y su grupo La Cuadra. Otoño-estreno-La Cuadra-Sevilla, se está convirtiendo en una cita artística de singular personalidad en la ciudad.
Esta nueva puesta en escena de Salvador, es enormemente valiente y arriesgada; lo primero, porque Alberti, aún hoy, once años después de su muerte, sigue estando vivo en la gente y en la literatura española. Lo segundo, por los vientos neoliberales que soplan a lo largo y ancho no sólo de nuestro país, también en todo el viejo continente. Por ello, atreverse a configurar un espectáculo sobre la vida y con la obra de Rafael Alberti, sólo es concebible en el “universo creativo Távoriano”.
Andalucía, tiene la cultura más antigua de Europa y lo suficientemente rica e universal, como para que podamos divulgarla como un conjunto de riquezas que conforman nuestra propia identidad como pueblo, y ahí, en el corazón mismo de esa cultura está Alberti, como poeta y andaluz del mundo. Este hecho en si mismo, hace laudable la osadía teatral de esta obra y a su creador. A Rafael y Salvador, los une un cordón umbilical que los hace plenamente compatibles: el compromiso; a uno con la poesía y el pueblo, a otro con el teatro y el publico. Los dos convergen en la sencillez y humildad.
¡Que lo imposible vuelva pronto a ser posible! Dice el actor principal en un momento de intensidad narrativa de la representación. Desconozco a qué obra y época de Rafael, pertenece la frase, de lo que estoy seguro es de ser un deseo plenamente vigente en millones de ciudadanos españoles en estos momentos, y Salvador, así lo ha entendido.
No sé que motivos han llevado a Távora, a construir esta obra llena de fuerza y esperanza tal como era en realidad el personaje, desconozco si el público entenderá la enorme carga de sensibilidad y emoción que contiene; el tiempo lo dirá. Lo que si sé, es que nuevamente este sevillano de pelo blanco y coleta, nos hace ver que los ideales, la esperanza y la utopía son posible.
Rabel Alberti, un compromiso con el pueblo, llena de sencillez y austeridad en cuanto a medios escénicos, acorde con los tiempos que vivimos, demuestra una vez más la inagotable capacidad creativa de su autor, más normal en un chico de veinte años perteneciente al Teatro Estudio Lebrijano, que a un hombre con su trayectoria y experiencia artística… a galopar Salvador, a galopar.
José Cesto Oliva
Coincido contigo… Yo la disfruté el viernes pasado… Távora mira hacia delante. Arriesgando. Confío en que sus detractores piensen que aportan además de criticar, que ofrecen alternativamente. Si es sólo la palabra y la negación, mejor que callen. Como dice Alain Minc: El que hace cosas se equivoca a veces; quien no hace nada, se euivoca siempre.