Artículo enviado a P36 por Agustín Coca.
Ha muerto Lothar Bergman. Luchador incansable para que el Arte Rupestre Sureño Peninsular (Cádiz-Málaga) se declare Patrimonio de la Unesco.
Las levanteras locas se meten por entre los chaparros y no paran de gemir. La luna se esconde y teme salir sin el resplandor que dabas a las sangradas tierras del estrecho. Tu sonrisa franca, tu mirada entera y tu pensamiento largo, profundo, enredado con el tiempo, el compromiso y la historia. Como los héroes de las grandes gestas: la conciencia. Y sin ella no podía haber nada: ni ciencia, ni mañana. Firme en tus principios, anhelando un mundo nuevo desde la creencia absoluta y la esperanza más profunda en la raza humana. Que, eso si, sin dioses, es capaz de apuntar a la plenitud más sublime. Inquebrantable ante los ímpetus lacerantes de un ejercito de mediocres poderosos que no dejaron ponerte obstáculos, ni desde la política, ni desde las sacrosantas academias, en tu pelea sin cuartel. Y con la quietud del quejigo abierto al cielo y frondoso, ahí estabas, muchas veces sólo, pero siempre crédulo en el mañana de una tierra andaluza a la que sólo le falto verte nacer. Amado Lothar, no paran de llorar las yeguas esculpidas que encontraste por doquier en esos abrigos del alma que nos descubriste. No dejan de arañarse sus rostros tristes, esas tiernas manos que un día dejaron su huella abstracta de pinturas increíbles por las que pedías el reconocimiento del mundo, y que ahora se sienten abandonadas. Y tu voz siempre entera, con la dulzura y el reconocimiento hacia cualquier soplo que encontrabas de aliento. Maestro de maestros, luchador incansable, necesario, imprescindible… Querido Lothar. Nunca te olvidaremos, ni tu compromiso, ni tu pelea. Ni nuestros hijos la olvidarán, ni los hijos de los hijos de nuestros hijos…
Agustín Coca Pérez
Tu memoria, Lothar, permanecerá viva, precisamante porque la coherencia e integridad trascienden las mezquindades contra las que, firme, caminabas.