Artículo de Remedios Murillo Cubillas, de Ciudadanos y Mujeres por Granada, publicado en Ideal el 4/XI/2010.
Como siempre, incansable, en defensa de Granada y su Vega.
Lo sabíamos. Teníamos la certeza, estaba claro, pero es tan doloroso lo evidente que siempre albergas la duda, la esperanza de salvación, el brote de cordura. Hoy hemos de llorar la más atroz sentencia: la muerte de la Vega de Granada. Eran muchos los silencios, los disimulos, los esfuerzos por justificar algunas actuaciones sin sentido, nadie del Ayuntamiento levantaba la voz cuando el partido de la oposición planteaba un gran Par- que en la Vega Sur, como si ya de por sí, ’esas tierras’ preciosas de La Zubia, de Huétor Vega, del mismo término de Granada, no frieran una zona verde, un parque privilegiado, donde los nogales, los cerezos, las arboledas y las hortalizas abundan, donde pasear por sus veredas y al borde de sus acequias, sigue siendo un privilegio que pocas ciudades tienen tan a su alcance; es verdad, que de repente, puede aparecer el puparrón infecto de algún desguace o taller, asunto que tiene sus responsables ya que esto requiere permisos de la Junta de Andalucía, que por desidia, ignorancia o amiguismo los autorizó en su día, pero licencias que siempre pueden ser revocadas, aunque haya que compensar económicamente a los dueños. Parque natural con coste cero, ya que sus propietarios miman y adoran aquellas tierras que heredaron de sus ancestros y de las que siempre han surtido sus mesas y ayudado a sus economías.
Extrañaba, y mucho, el silencio culposo del Ayuntamiento de Granada, en cuyo término también se extendía ese parque, diseñado en Sevilla y por sevillanos, con la connivencia de la Delegación de la Junta en Granada que planeó una jornada de trabajo de seis horas de duración, (en la que invitaron a los doscientos asistentes a un espléndido desayuno en una lujosa y cercana cafetería). Reunión de paripé, donde abundaron aportaciones documentadas que los ponentes prometieron serian recogidas en el informe final. Informe del que nunca más se supo.
¿Qué se escondía detrás de ese silencio del PP? ¿Prudencia?, ¿deseos de no confrontación?, ¿“Inocencia bautismal” de que se conservaría la vega?…No, nada de eso. Hoy, por fin, han destapado el hediondo pastel, detrás de todo, agazapado y- cobarde, existía un pacto nefando en el que hoy por ti, mañana por mí. Cambio de cromos: tú, poderosa Junta de Andalucía, te quedas con la vega que linda con la ronda Sur y yo, Ayuntamiento, me trago todo lo que rodea la Circunvalación. Así todos comemos del pastel más rico de esta ciudad, las fértiles tierras que dieron a Granada el sentido de su existencia, la feraz vega que la hizo ser envidiada por cualquier visitante y a la que cantaron los poetas desde la antigüedad. ¡Pobre Granada! ¿Y no habrá quien te defienda? ¡Qué razón llevaba la profesora Casamar! Granada es como una mujer pública, todos quieren compartirla, pero nadie la ama.
De ahí el interés de los poderosos de que nadie levante la voz; de que los medios de comunicación sean controlados, de que las opiniones discrepantes no tengan cauce de expresión. Controlar, controlar es la obsesión, callar voces, aunque sean de ciudadanos sin color político, olvidando que el verdadero demócrata es el que pone el oído para atender el deseo del pueblo soberano. Olvidan que sin los ciudadanos no son nadie y que los votos no les autorizan a remover los pilares que a lo largo de la historia han sostenido valores; materiales e inmateriales, esenciales de la ciudad.
Se comienza por “volar” sobre una calle (de todos) el ático de un edificio, se continúa por autorizar seis plantas ilegales en un hotel en plena vega, se levanta un edificio muralla para que solo disfrute de las vistas de la sierra un caro restaurante y se acaba engullendo lo que es y ha sido el pulmón purificador de Granada —junto con el valle del Darro— y el sostén de muchas familias que en ella tienen su asiento desde allende los siglos. ¡Y el delegado de Cultura no ve razones históricas!
Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Granada, habéis pactado. Nos avergonzamos de vosotros. Y, si de verdad fueseis demócratas os tentaríais la ropa antes de poner las manos y las “licencias” sobre nuestra vega.
Los orgullosos atacan cegados por su orgullo, bien lo saben, una vez mas vemos como el centralismo y las autoridades enanas locales pactan por sus intereses, nada nuevo bajo el sol.
Que cansinos estos tipos siempre culpando a Sevilla de todo. ¿Y qué sabe esta de donde son los diseñadores del parque? Populismo chusco para el aplauso fácil (allí claro) y cual Serrano Suñer(aquello de Rusia es culpable) señalar que Sevilla es culpable, la especulación e intereses particulares no, ¡Sevilla señor@s!. Qué te compre quien no te conozca granaína.