Se veía venir. Cuando el Partido Socialista Obrero Español, por medio de la Consejería de Presidencia, se hizo con la gestión de la casa de Blas Infante de Coria del Río (dar al farah -casa de la alegría-) lo hizo con dos objetivos fundamentales: el primero, reconvertirlo en un intelectual autonomista (no nacionalista) andaluz, socialista errático, solitario, casi ermitaño, que buscaba una autonomía muy semejante a la actual; y, por otro lado, diluir su nombre entre los asesinados durante la guerra civil, como uno más.
Los que observamos en su momento la reforma de la página web de la Casa ya intuimos por donde iban estos políticos. Recordemos: errores en su biografía como calificar la Constitución de Antequera como federal y no confederal; obviar la Asamblea de Sevilla de 1936 donde se da el empujón definitivo para el reinicio del intento autonomista republicano o presentar su trayectoria política como una sucesión tumultuosa de años. Al final, el lector interesado tiene que preguntarse “pero bueno, ¿cuáles eran las ideas de este señor?” Y esa es una pregunta muy lógica porque de su ideología muy poco: regionalista y autonomista a lo sumo.
En cambio, a Blas Infante lo entierran en la web con contenidos que carecen de sentido tales como epígrafes dedicados al “contexto histórico” o a “su entorno”, donde incluyen a los hermanos Quintero, el sindicalista Salvador Seguí Rubiñals, o a Manuel Gómez Moreno. Nada de los nacionalistas gallegos o de Cambó, nada de Pedro Vallina o no hay un listado de andalucistas del momento, porque Infante estaba solo.
Pues lo ocurrido en el mundo virtual de Internet, está sucediendo en el mundo real de Coria del Río con su casa.
Las obras de restauración del inmueble comenzaron con retraso, concretamente el 5 de mayo de 2008. Al inicio se preveía año y medio de obras. Estamos ya a punto de cumplir ese plazo y la restauración aún no ha terminado y, lo que es peor, ese espacio sigue cerrado al público. Pero eso da igual. Las intenciones están claras: hasta el año que viene, aquí no se mueve nadie.
No conviene porque el aluvión final, el tsunami que nos espera para 2010 va a ser digno de mención histórica. Por lo pronto, ya el gobierno lo ha declarado año de Blas Infante porque pretende conmemorar el 125 aniversario de su nacimiento y debemos creer que la inauguración de la casa muy probablemente formará parte de esa parafernalia mediática prevista para esos doce meses. El «parque temático autonomista» abrirá sus puertas durante ese aniversario. El gobierno logrará fagocitar al personaje. Aún más de lo que ha hecho hasta el momento.
Sin embargo, esos intentos no deben ocultar estudios, conmemoraciones, homenajes o cualquier otro tipo de actividades que logren revivir su pensamiento, vida y obra. Los que somos seguidores del Blas Infante inconformista, crítico y rebelde, los que resistimos los efectos del pensamiento y del gobierno único, debemos mostrar el auténtico nacionalista y su labor. Quedamos emplazados.
estos del psoe pretenden seguir siendo los abanderados verdiblancos de su partido «los autonomistas andaluces».
Los que se han cargado 30 años de autogobierno andaluz. Todo para nada. Bueno sí; para algo sí. Para ser los nuevos ricos de nuestra tierra andaluza.