Owen Jones | La última crisis económica no ha terminado cuando ya se está tejiendo la siguiente. La ciudadanía europea ha soportado años de desempleo y subempleo, el estancamiento o la caída de los niveles de vida y una escalada constante de recortes en los servicios públicos. La desintegración de Siria ha generado una ola de miseria humana que rompe en las fronteras y en las costas del continente europeo. El populismo de derechas y la derecha anti-inmigrantes se encuentran en una posición fuerte, desde Suecia a Francia, desde Grecia a los Países Bajos. De modo que cuando el ex-ministro de financias griego, el motociclista Yanis Varoufakis, advierte de que Europa podría estar cayendo en un nuevo “1930”, es conveniente detenerse, escuchar y prepararse.
Cualquiera puede predecir la próxima crisis y anunciarlo, lo sabemos. Pero no hemos superado la última crisis: vivimos sus secuelas, hemos perdido una década y, si llega otra crisis las opciones de los gobiernos serán más limitadas. En la zona euro -donde la pertenencia a la moneda única deja escaso margen de maniobra, y los años de recortes han significado una extensa devastación social y económica- aproximadamente 1 de cada 10 personas están si trabajo. Aun peor para la juventud: más de una quinta parte está sin trabajo; en Grecia y España la mitad; en Italia, cerca del 38%; en Francia, más de un 25%. “Graduados sin futuro”, como los describe el periodista Paul Mason, se ven en todo el continente: la juventud no encuentra las aspiraciones de su formación. La pobreza y la incertidumbre se han convertido en los destinos de un número creciente de europeos: Una investigación de Oxfam determinó que 7,5 millones de personas en Europa vivían en “privación material severa” durante 2013.
En este momento los fantasmas económicos de 2008 parece que hacen un viaje de regreso. El crecimiento mundial se ha vuelto muy dependiente de la economía china, que está en desaceleración. Los temores de una recesión estadounidense debilitan la producción industrial y anuncian una crisis de crédito de la banca europea, Las fotografías de pánico en las bolsas mientras los mercados se desploman producirían una sensación de deja vu. La Osbornomic (George Osborne es el ministro de finanzas del gabinete de David Cameron) ha dejado mal preparada a Gran Bretaña para afrontar una nueva crisis, bajos salarios significa menos ingresos fiscales y menos demanda de producción industrial, dejando la economía muy dependiente de las finanzas de la City.
¿Y quién está a la espera preparándose y fortaleciéndose para afrontar políticamente la anunciada crisis? La extrema derecha europea que ya se alimenta de la desesperación social y del flujo de refugiados que huyen de la violencia en Oriente Medio. El lugar que una vez ocuparon los judíos ahora lo ocupan los musulmanes.
A pesar de no lograr aun un crecimiento fuerte en las elecciones regionales de diciembre, la extrema derecha del Frente Nacional de Marine Le Pen -combinando propuestas políticas anti inmigración y una retórica de izquierdas en materia económica- consiguió siete millones de votos en Francia. Incluso Marine Le Pen, afortunadamente poco valorada en el actual clima político, es evidente que puede superar la primera ronda en unas elecciones presidenciales.
En Suecia la extrema derecha de Demócratas Suecos -un conglomerado de origen neonazi- obtiene a menudo el apoyo de un quinto del electorado en algunas encuestas de opinión. Un partido cuyo líder ha denunciado que el crecimiento del Islam es “nuestra mayor amenaza exterior desde la Segunda Guerra Mundial”. En Finlandia -golpeada por la recesión- Finlandeses, el partido de extrema derecha ya está en el gobierno. La Liga Norte crece en Italia; su líder, Lica Zaia, ha exigido la destrucción de asentamientos romaníes, y el pasado año, tras convertirse en gobernador de Veneto, pidió la expulsión de los inmigrantes africanos. Mientras, el partido de extrema derecha Libertad – cuyo fundador Jörg Haider fue acusado de simpatías nazis- no pudo ganar en las elecciones del año pasado en Viena pero obtuvo un resultado récord.
En los Países Bajos las encuestas indican que el partido de Geert Wilders -que como Donald Trump, pretende detener la inmigración musulmana para evitar una invasión islámica- va camino de ganar unas elecciones generales. En Grecia, devastada por la austeridad, el neonazi Aurora Dorada aterroriza a los inmigrantes. Incluso en Alemania -que desde la posguerra se resistió al ascenso de la extrema derecha- el populismo de Alternativa für Deutschland recibe un creciente apoyo.
Por eso es preciso girar a la izquierda para ofrecer una salida alternativa. Es posible. En España, golpeada más que la mayoría de los paísis por las políticas antiausteridad, no ha surgido un partido de extrema derecha similar, anti inmigración. En su lugar, el descontento popular se ha canalizado en la dirección de Podemos, un partido progresista que propone una alternativa.
Podemos ha prosperado gracias a los movimientos sociales de base, locales, tales como las plataformas anti desahucios. Para entender esto es preciso, merece la pena, comprender su enfoque comunicacional, discursivo. Evitando los símbolos y el lenguaje de la izquierda tradicional, incluso resistiéndose a hablar en términos de izquierda frete a la derecha, se ha sobrepasado la zona tradicional en la que la izquierda estaba cómoda. Podemos hizo un llamamiento a la generación más joven y desesperada. El mensaje es de optimismo y esperanza. Podemos es resueltamente patriótico en el sentido de que apela y redefine patriotismo como la defensa de los intereses de la mayoría contra la élite para librar al país de la injusticia.
La izquierda -incluyendo la izquierda británica- tiene mucho que aprender. Es necesaria una alternativa política convincente y relevante a la austeridad económica, no menos importante, si otra crisis económica está al acecho. Es urgente porque la extrema derecha está más organizada y es más fuerte para beneficiarse de la inminencia de la crisis. La historia de Europa nos advierte los suficiente. No hay tiempo que perder.
Artículo de Owen Jones en The Guardiam
Traducción P36