Jesús García López | Hay ocasiones en que se aproximan las civilizaciones sin llegar a tocarse. Otras veces la historia se llena de impactos cruentos en la pesadilla de los sueños. Incluso han sucedido encuentros y han aparecido manos que se estrechan. No hay más templado que la llegada del viajero del océano, al que esperan desconocidos a la orilla para saludarlo.
También se entrecruzan en la penumbra de los siglos miles de lazos. Unos se van renovando o transformando en algo nuevo. Otros se hacen inservibles, se pudren, se marchitan y se rompen, dejando apenas huella de su sentido de antaño. Pero siempre es más fácil tejer emociones entre las personas, que entre la púrpura de los imperios.
Este y Oeste del Planeta Tierra han vivido de espaldas buena parte del camino. Ensombrecidos por el miedo o alumbrados por la curiosidad, los asombros mutuos y trastornados por miles de alucinaciones y prejuicios. Los esforzados de la influencia y la colonización eterna saben que, al otro lado, se trabaja intensamente por su inversión póstuma.
Otro Imperio Occidental asiste lentamente a su declive igual que hace años cientos:
“Miré los muros de la patria mía
Si un tiempo fuertes, hoy desmoronados
De la carrera de la edad cansados
Por quien caduca ya su valentía”
Al final, Francisco de Quevedo en su compasión es benévolo y ofrece a nuestro Siglo de Oro, un puente de plata. ¿Se hará lo mismo ahora?
El colmo de las invasiones para la supuesta solución definitiva. Un endiablado bucle donde ya no se retorna ni avanza sin caer en un precipicio. La dominación, por fin, encontró la fórmula perfecta donde se sienta a gusto, quien tiene derecho a sentirse así y no puede quedar escrito, sin pudor, en ningún texto constitucional. Las mil reconversiones del Capitalismo han hallado en la Globalización su piedra filosofal. Buscaban el Santo Grial y ya lo han encontrado. A la vez, en las antípodas como en el espejo de algo que ni se crea ni se destruye sino solo se transforma, se le da la vuelta como un calcetín.
– “Te interesa la pasta pero ¡dígales que es para extender la palabra de Dios!”
Siglos de diferencia dan para mucho en lugar donde todo es extenso. Las gentes y el espacio. Sus campos se pierden en el horizonte y sus edificios en el cielo. Lo rural y lo urbano. El aire sucio es muy sucio y el aire limpio es muy limpio. Nadie será capaz de medir la dimensión de su burbuja, ni predecir hasta que costas llegará el tsunami cuando se produzca.
¿Todo está tan controlado que da miedo que se descontrole?
Igual que siempre hubo una salida a la derecha. Hay una solución a la China. Seguimos subestimando la audacia, el empeño, la constancia y tantas cosas del gigante asiático. Y eso que sabemos como trabajan. En el año 1000 ya hablaban que habían de ser los mejores los que accedieran a los puestos y dignidades del Estado. Sobre la base de la poesía, la oratoria o la escritura, ideaban una suerte de oposiciones tal y como nosotros las conocemos.
Nuestra civilización muy obsesionada con el Islam ha mirado poco al lejano. El Oriente y su capacidad de cambio y adaptación en un mar de recursos naturales debería ser más objeto de nuestra atención.
No sabemos pero para quien espiamos si lo sabe. Nuestro diálogo es imprescindible y no solo con El Partido. Colón si que lo intuía bien y sabía donde quería y había que llegar. Aunque en el viaje nos encontremos con algo insospechado.
Todavía estamos buscando apoyos para navegar, mientras tanto pueden suceder muchas cosas ¿Y si el poder en China hace viable determinadas reformas en pleno autoritarismo? ¿Es su diseño algo diabólico o no entendemos como entienden las relaciones entre las personas?
Si consumen algo así como nosotros sin tener la oportunidad de quejarse como, de momento, todavía nosotros nos quejamos, estamos perdidos.
Esto viene precedido del drama laboral que llevábamos advirtiendo desde los noventa, al menos. La deslocalización de empresas, la desregulación del mundo del trabajo, la impotencia de los organismos internacionales y la entrega de llaves de la socialdemocracia al neoliberalismo. Su forma de implicarse en el nuevo sistema arrastra a la deriva al nuestro, bueno al que teníamos. Todos los cimientos del Estado Social y Democrático de Derecho o cómo al menos lo solíamos llamar por aquí.
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“Para que nosotros podamos encender la luz, los chinos no pueden ni imaginárselo.”
¡Bueno! en pocos años lo han hecho, han disparado el consumo de fósiles y la contaminación, la contaminación es imparable. No es que no tengan derecho como en África a hacer lo que nosotros hemos hecho. Es que no teníamos que haber dado lugar a esto.
Tenemos que buscar el equilibrio. Debíamos tener esperanza porque es algo muy propio de filosofías orientales ¡Vaya paradoja!
El incremento desmesurado de la demanda de todo está ahí. De materias primas, de alimentos. Si algunas cosas las han hecho en unos años, porque no van a hacer en decenas lo que los occidentales en tres siglos. Habría que preguntar si han contado con Mago Migue y Hocus Pocus para sacar la carta de acabar con la pobreza y doblar la renta. Desde luego el desafío impresiona y el envite a la Democracia tal y como la concebimos, también.
Como con el Marxismo y el Comunismo en varias tandas, ahora la amenaza alcanza a la adaptación a su gusto de la revolución tecnológica y el mundo digital. Todos nos creemos muy listos y ellos también. Sonríen porque sus dirigentes dicen saber interpretar a la mayoría sin necesidad de elecciones.
-“Yo si que no lo entiendo , a mi me da pavor ese universo que nos están fabricando para tiempo.”
Los EEUU son con los que hablan pero son su competidor. Europa y su modelo no les interesa pero es un bonito museo que mola mucho y les fascina ¡Habrá que organizarles más visitas!