Rafa Rodríguez
Blas Infante fue una persona sobre todo comprometida con su espacio y su tiempo político, en unas circunstancias adversas que le valieron la incomprensión de la mayoría de las fuerzas políticas de su tiempo, incluso le costó su vida porque los fascistas lo consideraron un peligro para la dictadura que iban a imponer a sangre y fuego.
Nuestra tierra hoy en Andalucía y el planeta y todas las formas políticas democráticas en la que nos organizamos, desde el Estado español hasta la UE. Y nuestro tiempo es el tiempo de la lucha contra la crisis ecológica, la desigualdad, el machismo, la mercantilización de la sociedad y de la cultura y la lucha contra las nuevas formas de fascismo.
Este 83 aniversario del asesinato de Blas Infante es más triste aún porque la autonomía andaluza la gobiernas quienes no creen en ella y pactan con los que intentan manipular a determinados sectores sociales para inculcarles los valores opuestos a los que defendió Blas Infante.
También es triste porque en el Estado aún no se ha formado un gobierno progresista a pesar de que hay la mayoría suficiente.
En Andalucía seguimos con los mismos niveles de desigualdad que hace décadas sin perspectiva de articular un proyecto que ponga en valor nuestra potencialidad y podamos tener trabajo para todas y para todos.
La crisis ecológica avanza exponencialmente y las respuestas son completamente insuficiente.
El machismo mata y lejos de disminuir los asesinatos, aumentan con mayor crueldad si cabe.
Por ello, 83 años después de su asesinato, el mejor homenaje que se le puede hacer al padre de la patria andaluza no son homenajes ritualizados que recuerdan su figura mientras niegan su pensamiento, como los que le han hecho PP y Ciudadanos al mismo tiempo que mantienen un pacto con quienes lo insultan y quieren acabar con la autonomía andaluza, sino actualizar su pensamiento con la energía con la que él supo vivir: el compromiso con nuestra tierra y nuestro tiempo.
Necesitamos seguir su ejemplo para que Andalucía tenga una voz política propia, en el parlamento andaluz, en las Cortes Generales y en la UE. Hay grupos andalucistas progresistas y grupos ecologistas que necesitamos unir fuerzas para un proyecto de transición ecológica para Andalucía.
Desde nuestra autonomía política necesitamos cooperar con todos los partidos que en el ámbito del Estado y de la UE, luchan por unos objetivos similares a los nuestros, y colaborar con todas las fuerzas de izquierda y progresistas para avanzar en una solución inclusiva a la crisis ecológica. Blas Infante fue precisamente un modelo contra el sectarismo. Colaboró en su trayectoria política con un amplio espectro que iba desde los republicanos y socialistas hasta con los anarquistas.
Nuestro homenaje a Blas Infante es recoger su testigo para luchar contra la desigualdad, la pobreza y la injusticia. Si ayer el objetivo fue la lucha por la Autonomía, hoy la lucha es la reivindicación por comenzar la transición ecológica para situar a Andalucía plenamente en el siglo XXI y salir de nuestra situación de dependencia económica, teniendo como eje central la revolución de las energías renovables, que implica soberanía energética (autoabastecimiento), lucha contra el cambio climático e innovación tecnológica.