Aunque no tengan la misma trascendencia que los titiriteros,podemos saber que a unos raperos del Albaicín les ha ocurrido lo mismo con su obra artística, que se les somete como creadores a violencia legalista.
Es evidente que entre titiriteros y raperos hay una inmensa diferencia de reacción social y yo me pregunto por qué.
¿Que diferencia puede encontrar en sí mismo alguien que se desgañita por los titiriteros y dejan a los «raperos de Graná» a su suerte? ¿Qué motivación marca el ritmo de la indignación de izquierda?
Ayax y Prok. raperos, granaínos y gemelos entre sí. están imputados por la ley Mordaza por el tema «Polizzia» porque dicen «¿para qué sirven los maderos sino es para hace fuego?» Ahí tenemos a unos terroristas de 22 años empurados porque para ciertas mentes, hacer fuego sólo significa «ser quemados» y no «incendiar». De esta manera, los poetas imberbes marcan con su dedo índice la llaga y nosotros sólo miramos titiriteros y pensamiento literal.
Ya está bien de vivir de espalda a nuestros jóvenes, la generación más asombrosa de la historia reciente de este país, los que se van y los que quedan. Ya está bien que nuestros jóvenes se sientan cada vez más clandestinos y tengan más ganas de excluirse, de escapar. Les aplaudo el gusto. No se les ofrece apenas nada y se les exige todo. Pero se van haciendo adultos con criterios y con capacidad creativa para contar en el absurdo en el que viven. Ayax y Prok pertenecen a una generación sobreinformada pero acorralada, y en este presente del que nos deberíamos hacer cargo los veteranos .parece que ellos nos dan igual.
Es posible que ni siquiera conozcamos la canción por la que les persiguen, entre otras cosas porque un juez quiere eliminarla. Difundir esta canción es un acto de desobediencia al que me siento obligada si creo en el futuro y que todo el camino hacia los derechos y la libertades necesita de crítica y rebeldía. No quiero trasmitir a los que vienen sólo normas o indicaciones.Y lo último que quiero transmitirles es miedo. Asumo mi deber generacional de no hacerlo. Sin miedo, Ayax y Prok.
Mercedes García