Esteban de Manuel Jerez
El grupo Popular ha tomado la iniciativa de proponer al pleno del Ayuntamiento de Sevilla un pacto por la Red completa de metro, iniciativa que ha sido discutida y aprobada el lunes. Una vez aprobada proponen crear un debate social para que «las fuerzas ciudadanas» se adhieran a esa propuesta y darle así más peso a la reivindicación ante las administraciones estatal y autonómica, llevando una única voz de amplio respaldo social.
Celebramos la idea de que se convoque un gran debate público sobre el tema dado que consideramos que efectivamente Sevilla arrastra un enorme retraso en el desarrollo de su red de transporte público eficiente. Entendemos que probablemente nos encontramos ante el reto más urgente y de mayor impacto en la calidad de vida cotidiana y en la sostenibilidad social, económica y ambiental de la ciudad.
Compartimos el objetivo que se plasma en el manifiesto: «Las ciudades alcanzan el futuro que un día se proponen alcanzar. El Pacto por la Red completa de Metro de Sevilla supone la unión de las fuerzas ciudadanas de asociaciones, entidades, y plataformas vecinales, de instituciones, clubs, corporaciones profesionales y culturales, partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales, así como de cualquier vecino que apueste por una Sevilla en la que su movilidad genere futuro, prosperidad, desarrollo y sostenibilidad”.
Ahora bien. Ese pacto sólo puede ser producto de un debate social entre todos los llamados a suscribirlo, fruto del cual, surja el modelo de movilidad, pilar clave del modelo de ciudad, que queremos. Y para que eso sea así, no puede venir condicionado por una solución parcial ya previamente suscrita por el pleno del ayuntamiento: el pacto municipal es el final del camino, no el comienzo. La participación consiste en la generación de un debate bien informado, con deliberación, fruto del cual surja el consenso. Participar no es asentir lo que previamente los grupos políticos ya han decidido. El Partido Popular y el Partido Socialista deberían reflexionar sobre esto y abandonar un modo de entender la participación según la cual, «Nuestro Plan (el de los partidos políticos) tiene que ser vuestro plan (el de la sociedad)».
Más aún. No se puede entender que este debate no se produzca en el marco de la elaboración del Plan Municipal de Movilidad Sostenible que el Ayuntamiento ha puesto en marcha y del que por ahora la participación ciudadana brille por su ausencia. ¿Por qué no se ha convocado ni siquiera el Consejo Municipal de Movilidad? Es un paso necesario para abrir un debate que en cualquier caso debe ser mucho más amplio.
Una red de transporte metropolitano eficiente para Sevilla debe hoy satisfacer las siguientes condiciones:
- Tener alcance metropolitano: debe tener por objeto que el sistema de transporte público, combinado con la movilidad activa,sea el modo más económico, eficiente y saludable de moverse por el área metropolitana de Sevilla. Particularmente en los desplazamientos cotidianos hacia los lugares de trabajo y estudio, así como a los principales equipamientos y servicios urbanos.
- Combinar todos los modos de transporte público metropolitano en una única red con una única tarjeta de transporte y con tarifas socialmente asequibles: ferrocarril de cercanías, autobuses de rápido tránsito (inexistentes en el área metropolitana de Sevilla), tranvías, transporte fluvial (hoy inexistente).
- Debe apostar por la movilidad electrificada y por los sistemas más modernos y eficientes en términos económicos, sociales y ecológicos.
Examinado el proyecto que se presenta como “Red Completa de Metro de Sevilla”, basadas en el proyecto de 2003, comprobamos que no cumple ninguna de las tres:
No es una red metropolitana, dado que las líneas pendiente, 2, 3 y 4 son de ámbito local, están dentro del anillo de la SE-30, por tanto no son metropolitanas y en nada van a contribuir a la eficiencia de la movilidad metropolitana.
Que dicha red está basada en un sistema ineficiente en términos económicos siendo hoy sustituida en ciudades europeas de tamaño semejante a Sevilla, como Burdeos o Nantes, por redes de superficie. ¿Alguien puede explicar por qué debemos endeudarnos entre cuatro y diez veces más de lo necesario? Por el coste de ejecución de las tres líneas restantes, que sumarían 41 Km a la red local de transporte, podríamos tener hasta 410 kilómetros en superficie cubriendo las necesidades de comunicación con los municipios del Aljarafe, los Alcores y la campiña del Guadalquivir.
Que no contempla el sistema de transporte metropoliano en su totalidad. En particular llama la atención que no se proponga empezar por lo más eficiente y económico: la integración efectiva de la red de cercanías cuyas estaciones y trazado viario están hoy infrautilizadas y de las que bastaría invertir en trenes para tener una red de ferrocarril metropolitano funcionando ya. También llama la atención que no se diga nada de la necesaria transformación de la red de autobuses metropolitanos en un sistema electrificado, con vehículos de alta capacidad y que transcurran por plataformas reservadas (BRT), que podrían multiplicar a muy bajo costo la red metropolitana.
Lo que esperamos del Partido Popular y del Partido Socialista, así como del resto de grupos representados en el Ayuntamiento es que dejen a un lado los planteamientos electoralistas y cortoplacistas. Que se limiten a suscribir la necesidad de un gran pacto ciudadano por el transporte público metropolitano, y que pongan en marcha el debate en el marco de elaboración de un plan de movilidad sostenible para Sevilla con proyección metropolitana.
Sevilla capital tiene que asumir su responsabilidad como capital metropolitana y andaluza. Debe liderar el cambio hacia una movilidad sostenible en el sur de España, marcando un camino que otros puedan seguir y que resuelva de verdad los problemas de movilidad metropolitana que hoy constituyen la principal aportación de Sevilla la Cambio Climático y que mañana, con la subida prevista en los precios de la energía, puede ser un gran problema social y económico para la viabilidad de Sevilla si no actuamos a tiempo.