Gary Becker .09/02/2011.
Gary Becker, Premio Nobel de economía, diserta sobre las causas de las caídas aparentemente repentinas de los regímenes autoritarios.Ni el gobierno de los Estados Unidos, ni el de otros países, ni la vasta mayoría de expertos sobre Egipto y el mundo Islámico, previeron los terremotos políticos de Túnez y Egipto. Los expertos sabían, vale la pena aclarar, que el gobierno de Egipto no era popular en varios sectores de la población, incluyendo a los Hermanos Musulmanes, la mayoría de los intelectuales y los miembros de la creciente clase media. En cualquier caso, el momento y la velocidad de los levantamientos populares en Egipto (y Túnez) fue una completa sorpresa debido a que Mubarak y Ben Ali mantenía el poder desde hacía más de 20 años, y parecían tener un control absoluto.
La primera vez que me impresionó lo rápido e inesperado que un régimen autoritario puede ser sacado del poder fue en 1979, cuando una combinación de grupos religiosos y de izquierda forzó la salida del Shah de Irán. Hasta muy cerca del desenlace, el Shah parecía invulnerable: se creía que tenía bajo total control a un ejército fuerte y bien equipado, y disponía de una activa y temible policía secreta, la SAVAK, que encarcelaba a cualquiera que hablara mal del gobierno. Podemos probar lo sorpresivo de su expulsión del poder de una forma objetiva por la estabilidad del valor internacional de la moneda iraní, el Rial, hasta unas pocas semanas antes de que el Shah saliera del poder. Si la salida del poder del Shah hubiera sido anticipada, el valor de la moneda habría caído en la medida que los iraníes y otros tenedores de la moneda hubieran tratado de convertir los rials en dólares y otras monedas duras. El valor del rial se desplomó un poco después que la revolución pareció tener éxito.RSS
La rápida desintegración de la Unión Soviética es otro claro ejemplo. En 1989 mi esposa y yo tomamos un tren en Berlín Occidental para ir a Varsovia, atravesando Alemania Oriental. Los agentes aduanales en Alemania Oriental nos ofrecieron un trato desagradable, y el gobierno de la Alemania Oriental encabezado por Erich Honecker parecía tener el control total. Para mi sorpresa, menos de seis meses después, cerca de un millón de jóvenes estaba protestando en las calles, y el gobierno estaba pronto a irse, al igual que la mayoría del imperio ruso.
La naturaleza sorpresiva y la velocidad de las salidas del poder de estos y otros regímenes autoritarios es evidente y realmente constituye un desafío a las teorías de los gobiernos autoritarios. Analíticamente, lo que sucede es que con el paso del tiempo el régimen puede estarse alejando, sin que pueda percibirse, de posiciones de equilibro estables, en las que mantiene el control, a equilibrios inestables en los que aparentemente pequeños eventos pueden disparar cambios masivos, incluyendo la salida del poder del gobierno. La expulsión del gobierno puede ser rápida y sin mucha violencia, como en los casos de Alemania Oriental y Túnez, o puede involucrar un grado de violencia considerable, como durante y especialmente después de la revolución en Irán.
Esos equilibrios inestables son llamados, algunas veces “tipping points” (punto de no regreso o punto de inflexión). Este término se utilizó por primera vez para describir los rápidos cambios en vecindarios que pasaban de ser habitados principalmente por blancos y cristianos y que luego se convertían en vecindarios habitados por negros y judíos. Un vecindario se podía mantener básicamente habitado, por ejemplo, por blancos, hasta que unas pocas familias negras se mudaban. Si más familias negras se mudaban al vecindario, su proporción podía convertirse lo suficientemente grande como para que los residentes blancos comenzaran a sentir pánico y pusieran sus casas en venta. Luego de esto, el vecindario rápidamente se convertía en uno ocupado principalmente por negros.
La razón principal que subyace a las rápidas caídas de los regímenes autoritarios, con o sin violencia, es que, como Posner enfatiza, ellos no tienen un proceso natural de sucesión. Un hombre fuerte como Mubarak puede estar en el poder, pero en la medida en que envejece y se debilita, ¿Quién va a sucederlo?¿Sus hijos o sus hombres de confianza? Los grupos de oposición pueden comenzar a ver oportunidades, la infelicidad y frustración de los jóvenes y otros grupos de la sociedad pueden explotar en manifestaciones masivas, como sucedió en Túnez y aparentemente ahora en Egipto. Pero, también a veces, estas protestas pueden fracasar en expulsar al gobierno del poder, como en Irán luego de las pasadas elecciones y como fracasaron las protestas de la plaza Tiananmen en China en 1989.
¿Se producirán protestas similares en el resto de mundo Árabe de África del Norte y en el Medio Oriente- que sin excepción tienen regímenes no democráticos-? Ya algunos gobiernos, como el de Jordania, han comenzado a otorgar concesiones a la oposición, inclusive llegando a darle una mayor representación a varios grupos desafectos al gobierno. No sé cuántos de estos gobiernos cambiarán rápida y radicalmente. La teoría ofrece poca guía acerca del momento de ocurrencia de cambios políticos mayores, pero creo que antes de que pase mucho tiempo veremos cambios en la región hacia elecciones más libres y una mayor representatividad de la población en los gobiernos.
Internet, Facebook y otras redes sociales online están transformando la dinámica política en todos los países, incluyendo los Islámicos. Adicionalmente, las clases medias son cada vez más importantes en el Medio Oriente y en el Norte de África. En consecuencia, estos países experimentarán las mismas aspiraciones de más libertad de expresión y de una mayor representación en los gobiernos que uno puede encontrar en otros países del mundo. Eventualmente, estas aspiraciones forzarán la transformación de las instituciones políticas en los países Islámicos en algo que quizá no sea igual a las democracias occidentales, pero que ofrecerá elecciones más competidas, una mayor libertad política y social, y probablemente también una mayor libertad económica.