Mario Ortega | Susana Díaz, una vez que irrumpe como la sucesora del Griñán, recibió ataques a diestro y siniestro (entiéndase la direccionalidad política). Los más de ellos, casi todos, ajenos a su actividad externa real, muchos cargados de tintes paternales y machistas, otros que arrancaban de lo banal (como el tiempo en que realiza estudios), o apalancados en sus maneras firmes (lo que suele ser visto como virtud en los hombres), y algunos argüían su inexperiencia (como si se naciera sabiendo). Incluso ya, en el terreno de lo político, tanto de la diestra como de la siniestra se la acusó de participar en una primarias de pantomima, siendo curioso que ni a un lado ni al otro se hayan planteado jamás unas primarias. IU no las ha hecho nunca, y el PP elige digitalmente desde arriba. Qué curioso ¿verdad?
Pero Díaz, la actual presidenta de la JJ.AA, ya desde su presentación como candidata a liderar el PSOE-A en Antequera demostró tener capacidad de generar una retórica política clara y directa, “soy muy de izquierdas”, “se lo que cuesta la universidad a los hijos de los trabajadores”, “me siento andaluza”. Ya estaba anunciando con quien se las iba a tener que ver el PP, Rubalcaba y sus socios de gobierno de IU-A. Antes fue la autora de una mayoría de apoyo en Andalucía a Carme Chacón, en un acto de valentía política propio de quien realmente sabe lo que se trae entre manos, sólo la actuación nocturna y de urgencia de algún viejo zorro atómico del PSOE-A logró cambiar a última hora los escasos votos que necesitaba Rubalcaba.
A estas alturas del texto, ustedes creerán que estoy haciendo un panegírico de Susana Díaz, no, no es eso, sólo intento describir hechos, acordes y desacordes.
La presidenta de la JJ.AA ha logrado en pocos días meter a Andalucía en el debate político estatal y lo ha hecho “por derecho y a compás”. A los unos les ha dicho que de “derecho a decidir” nada, a los otros que un plan de empleo para Andalucía ya, a sus socios de acá que de más carga fiscal nada de nada, a los de su partido que pacten contra la corrupción con el PP, a IU que ve posible gobernar España con ella, a los grandes empresarios andaluces que no se preocupen que la vida sigue igual, y a todo el mundo que privilegios territoriales ninguno, que si hay cambio en el modelo de financiación, Andalucía como la que más. Ahí es nada en 5 días escasos. Ah, y a la prensa que de tonterías ninguna, “yo soy la invitada”.
Que no estoy de acuerdo con la mayoría de los enfoques, por supuesto, más abajo lo diré, pero que se ha sabido situar en el centro de los debates sin eludirlos también. La derecha la ve como una aliada en el asunto catalán (ya veremos), el PSOE como la estrella que necesitaban (hasta los viejos del lugar han rectificado posiciones), e IU sufrió un pasmo y (afortunadamente) su líder andaluz, Antonio Maillo, reacciona ya al corre que te pillo proponiendo primarias más temprano que tarde.
Políticamente Sunana Díaz tiene personalidad propia aunque tiene un cierto aire de familia, es como Griñán sin sosura y como Chaves sin “minolles” (ese será su problema, que de donde no hay no se puede sacar). Porque yendo al fondo, Susana pretende gobernar Andalucía como si nada hubiese pasado, diciendo a todo el mundo lo que quiere oír y a sus socios de gobierno lo que no quieren oír y lo que quieren oír (alternativamente) para mantener una posición de fuerza negociadora en la definición de los presupuestos de 2014.
Me parece dañino que con sus declaraciones la derecha use a Andalucía de ariete contra Cataluña, cuando lo que más necesitamos es una alianza entre las izquierdas (federalistas) para, fundamentado en el derecho a decidir, pura democracia, ya lo he dicho en otro lugar, avanzar hacia un proceso constituyente que rompa con los límites de la actual constitución, fruto de la vigilancia de sables y sotanas, y plantee la esperanza de una nueva Constitución compartida entre pueblos y nacionalidades de España, colocando la igualdad y los derechos sociales como inalienables (rompiendo la atadura con la monarquía, el centralismo madrileño y la redacción del artículo 135 pactada por ZP/Rajoy).
Me parece poco acertado que se reúna antes con empresarios que con sindicatos para dorarles la píldora a los primeros y dejar en ascuas a los segundos. Me parece que actúa creyendo que todo va a escampar, y que esta crisis se arreglará en cuanto “fluya el crédito” y se mejore la financiación, que no perciba que la crisis es de modelo y que el diferencial andaluz de paro y desigualdad se debe a la concentración de la actividad económica en sectores improductivos, que basta con incentivos y emprendimiento, y que la fiscalidad y la capacidad de ingresos propios de la junta no tiene nada que ver con el asunto presupuestario.
Y contra todo esto va a chocar, como está chocando toda la socialdemocracia europea. Lo lamento, porque el sufrimiento social seguirá. Y seguirá si esta socialdemocracia liberal, que cuenta con el voto (salvo en Grecia que ya lo tiene Syriza) de la mayoría de la base social de izquierdas, no plantea de manera urgente un proyecto para una nueva Europa política fundamentado en el ecosocialismo, o si la izquierda no reacciona sumando fuerzas y ganando el territorio de la esperanza que, a día de hoy está ocupado por el desencanto, con renovación del discurso, de las características y procedimientos de elección de los liderazgos y con la implicación en la definición de objetivos y programa de las clases medias y populares, pymes, autónomos y movimientos sociales, que se encuentran actualmente en la trinchera de la resistencia.
Una vez más, ecosocialismo o barbarie. Lo de la presidenta de la JJ.AA, ya iremos viendo, de momento Añoranza 1 – Esperanza 0, el partido sigue.
@marioortega