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Taller de costura del sector público

Jesús García López / La crisis del empleo público me ha llevado a idear una delicada conspiración. A sacar del matadero al sector público y preparar su entrada, en un taller contrastado de alta costura. Cuento con magníficos artífices y hacedores. Preparados en las mejores artes, aparejos y muelles para puertos de la res publica. Se trata de algo que vais a comprender.

¡Sabed que los nazaríes producían seda como nadie! Hermanos nuestros de residencia, que no parientes, hace ya siglos comerciaban con ella por el Mediterráneo. Marco Polo tuvo que ir a la India para encontrar algo parecido. Sabios conocedores de su oficio. El desastre que ocasionaron los castellanos en la agricultura alpujarreña fue sonoro, tras las primeras repoblaciones. Hay cambios que no son para mejor. Solo hubo parangón algo después. Cuando la expulsión definitiva de los moriscos. Los campos se quedaron sin braceros y las escuelas sin niños. La crisis del siglo XVIII, tan brutal y extrema, madre de muchas de las crisis que conocemos.

nazaries

En el siglo XXI, los repobladores del sector público tienen un marcado tinte neoliberal. Los coordinadores, directores de servicio, los directores generales. La tribu de la eventualidad ha tomado los despachos de delegaciones, concejalías, diputaciones y empresas públicas. Suponen un coste adicional nada desdeñable. Apenas tienen experiencia en la Administración. Vienen con un juramento predeterminado, un conjuro radioactivo y firme decisión templaria: ¡Al Estado no lo va a conocer ni la madre que lo parió! Ni por supuesto a la Constitución de 1978, que tan desfasada quedará que no hará falta ni reformarla.

Los cambios son tan profundos que se están rompiendo las costuras. Vienen de Norte a sur y de Este a Oeste. Mientras tanto tropas afianzadas se aprestan para apuntalar privilegios y si acaso ampliarlos con complementos, niveles y nuevas sumas.

Queda lo público en entredicho mientras la mayoría de los empleados públicos sufre el deterioro y la merma en ingresos y poder adquisitivo. La jugada es perfecta ¡qué siga el gobierno remendón! De corte grueso e incapaz de enhebrar hilo en estas finas agujas. Sin gusto, pone parches de distintos colores. Resulta francamente ostensible pues, la escasa calidad del producto. Atrás quedan lo años de los planes por aplicar. La modernización, la calidad, la eficacia… Por eso he propuesto a la UGR un taller de costura de lo público, para que los estudiantes sean los que cosan las telas del desaguisado. Recuerdo que fue Al Gore el que hablaba de la necesidad del rejuvenecimiento de la Administración. Aquí también hubo un Ministro, con apellido del nombre de la ciudad de la Giralda ,que lo dijo.

El empleo público ha sido uno de los motores del trabajo y la riqueza en el último cuarto del siglo XX. Un factor de de estabilidad y desarrollo social. De la educación a partir de los 70, a las universidades en los 80 y la sanidad o las infraestructuras en los 90. La primera década del XXI parecía apuntalar la dependencia y el bienestar social ,a las puertas del senior boom que nos espera. Ha supuesto también el acceso de las clases populares a los empleos y dignidades del Estado . Ni la corrupción, ni el dispendio ni el abuso de nadie justifica su desaparición. Limpiar fijar y dar esplendor y no utilizar excusas para su cercenarlo. Es un indicador de progreso, igualdad y participación social de los ciudadanos, en las tareas que llevan a cabo los servicios públicos.

Ahora escaso, el empleo público corre el peligro de convertirse en algo único y francamente elitista. Hasta una rareza. Los cancerberos ya están ahí y el filtro lo ponen de su lado. Se blinda y corporativiza lo existente. En determinados estadios, cuerpos con solera se enclaustran y cierran su caparazón. Esto hay que contarlo, igual que existen nuevas decenas de miles de ricos, igual que se persigue a los sindicatos. Porque son pilares del Estado que están cambiando. Donde los partidos están denostados. Donde vuelven a flotar poderes de antaño.

Quieren una Europa sin sindicatos o más bien si hay sindicatos ,que sean sindicatos sin poder.

– Si te das de baja no vengas.

Los medios más conservadores buscan héroes y chivos expiatorios Por eso hay que ir hasta el final en las tramas delictivas. Caiga quien caiga y con rigor. Pero no hay derecho de autor ni culpables por extensión. Aprovechar la ocasión para sacar del plato a los sindicatos… Madrid ya lo ha hecho. En la formación los ha relegado a lo residual. ¿Quien será quien se haga con todo esto? ¿Las “especonsultoras” de rrhh?

UGT- UGR ha dado muestras de lo que, pienso, hay que hacer. Pedir responsabilidades donde sea necesario. Debe cesar el espectáculo de algunos dirigentes sindicales. Hay que investigar y sancionar conductas inapropiadas y probablemente delictivas. Si acaso dimitir por dignidad. Hace falta más que nunca trabajar con espíritu critico. En la renovación de su credibilidad se juegan mucho los sindicatos. No nos podemos permitir su naufragio, en el mar de los problemas de trabajadores y trabajadoras.

Publicado en http://www.ugr.es/~feteugt/cafetera/la_cafetera_62.pdf

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