Raúl Solís | Tenemos que mirar la foto. Aunque nos duela, aunque nos pueda parecer que no sirve para nada, aunque nos interpele, aunque nos escupa, nos machaque la conciencia y nos abochorne, si es que nos queda vergüenza.
Tenemos que mirar la foto porque es el sistema político que toleramos, los líderes europeos que hemos votado, el orden económico que nos gobierna, las relaciones internacionales que ejercemos, los medios de comunicación que nos convencen de que el opresor es bondadoso, la solidaridad internacional fracasada, las vallas con navajas que levantan los granujas para separar la opulencia de la desesperación y las bombas de la OTAN hechas carne.
Tenemos que mirar la foto. Este niño no ha muerto, lo ha matado un sistema que yace junto a él y que responde con impulsos cobardes a una crisis humanitaria de la que tiene los derechos de autoría.
Tenemos que mirar la foto. La muerte de este niño se llama Guerra de Irak, José María Aznar, Toni Blair y Durao Barroso, el expresidente de la Comisión Europea y exprimer ministro de Portugal. Esta fotografía lleva el nombre de George Bush y de todos los malnacidos que afirmaron que atacar Irak significaba llevar la democracia a Oriente Próximo, cuando lo que han terminado creando es un polvorín de barbarie al que no se le adivina el fin.
Tenemos que mirar la foto. Este niño son las armas atómicas que no encontraron en Irak, los vericuetos diplomáticos que transformaron la Primavera Árabe en un largo invierno al que no se le ve el sol, las bombas israelíes toleradas contra Gaza, el Muro de Jerusalén que separa la vida de la cárcel a cielo abierto que es Palestina y todo un entramado desestabilizador de la región que ahora nos desborda nuestras plácidas playas de arena blanca.
Tenemos que mirar la foto. Este niño es el dinero que Europa dio a la oposición siria que ha terminado convirtiéndose en el Estado Islámico, es el proyecto europeo a escala real, la podredumbre de los líderes políticos y la gota que colma el vaso de un sistema ideológico carroñero, el capitalismo, que se alimenta de seres humanos.
Tenemos que mirar la foto. Y dejar de reproducir los mensajes, aplaudir, tolerar y votar a los bestias que aún viendo esta foto estarán todavía pensando si abrir las puertas de Europa, si ceder un polideportivo, priorizar presupuesto y poner todos los medios necesarios para dar refugio a quienes huyen de las bombas, del hambre, de la destrucción y de Occidente. Tenemos que mirar la fotografía, hostias. Y abrir las puertas de Europa.
Tan cierto. Lo peor frente a una desgracia internacional, frente a la cruda realidad que viven algunos es la indiferencia social.
Una verguenza como la Unión Europea mira hacia otro lado con la tragedia de los refugiados que huyen de la guerra y la pobreza, el dinero de las grandes empresas y las grandes fortunas y los intereses de los bancos es lo único que importa en esta Europa de los mercaderes.