Tres mujeres con las tetas al aire han sido suficiente para soliviantar profundamente la hipocresía moral de la derecha española, la misma que no se inmuta cuando las mujeres son usadas como mercancía o cuando los pechos femeninos son el reclamo para llenar su cuenta de beneficios. No les molestan el uso vejatorio de las mujeres en el cine porno, ni en revistas adolescentes o en los pseudodesfiles de moda que José Luis Moreno organizaba en la TVE de los años del Aznarato.
No se engañen, no les hiere el cuerpo femenino si su uso y disfrute está controlado por su poderosos testículos e hipócrita moralina que les lleva a odiar de día lo que buscan como posesos en la prohibición de la noche. Les solivianta profundamente que las mujeres usen sus pechos en defensa propia, como armas para protegerse de su fanatismo religioso que les lleva a prohibir todo lo que no entra en la sacristía.
No comprenden que tres chicas guapas, jóvenes y llenas de libertad se atrevan a desafiarlos con el cuerpo que ellos quieren prohibirle. Las tetas de las tres activistas feministas de Femen les han estallado, esta mañana en el Congreso de los Diputados, como si fueran bombas dirigidas al mentón de su hipocresía. Las mujeres pueden mostrar los pechos para amamantar a sus bebés, para enseñar sujetadores que ellos desabrocharán, para el placer sexual de ellos, para vender los coches o las motos que ellos conducirán, pero no para defender la libertad sobre su propio cuerpo.
Las tetas representan el poder femenino contra el que ellos legislan frotándose sus cojones y expulsando testosterona. Seis tetas son insoportables para su ideología, en la que para triunfar hay que ser hombre, blanco, heterosexual y rico. Y como saben muy bien a qué juegan, han utilizado a una mujer de la bancada popular para atacar con argumentos de ellos a las activistas.
Beatriz Escudero, diputada del PP, famosa por afirmar que “las mujeres que abortan son las que menos formación tienen” es la autora de ponerle voz y rostro de mujer a los ataques machistas que inventan ellos: “es un acto de fanatismo”, ha dicho Escudero con gesto de odio en contra de las que son como ella, aunque la hayan convencido de que para triunfar ha de ir en contra de sí misma.
Las tres activistas aún permanecen en dependencias policiales a la espera de ser puestas a disposición judicial. Acusadas de “perturbar gravemente el orden de las sesiones del Congreso de los Diputados” pueden ser condenadas a penas de prisión que oscilan entre los seis meses a un año. Tetas que son ETA, a pesar de que fueron ellos, con sus cojones, quienes perturbaron gravemente el orden democrático español al reformar el artículo 135 de la Constitución Española para garantizar que fuera legal enriquecer a empresas y entidades bancarias con los derechos sociales y civiles de la población española a la que le han privatizado hasta el derecho al propio cuerpo.
Sinceramente, es cierto que la mujer ha sufrido mucho retraso, hasta ahí todos a favor. Pero me parece una incoherencia reivindicar una serie de cosas muy solemnes e importantes para la mujer, a base de enseñar los pechos. Sin duda es una buena forma de llamar la atención pero no entiendo por qué se quejan de ser utilizadas por marcas para vender ropa o como se materializa su figura al presidir portadas de revistas donde aparecen desnudas… y luego reivindican sus derechos precisamente materializándose a ellas mismas, creando un halo de superficialidad muy fuerte, porque la gente cuando las vea no pensará: – Tienen razón, hay que apoyarlas- , sino que más bien se reirán por los pechos demasiado pequeños de una chica o se fijarán en los pechos protuberantes de otra, pero nada más. Para reivindicar cosas tan serias como ellas reivindican, se requiere también seriedad en otros aspectos. El mero hecho de protestar así desacredita muchísimo sus opiniones, la verdad.