Sr. Presidente: soy mujer. Soy andalucista. Soy libre. Vengo del mar que baña la ciudad más antigua de occidente. Una ciudad de 3000 años, a la que los poetas le escriben habaneras, cuplés y versos. Una ciudad que ha parido más luces que sombras, que ha resistido los asedios de todos los tiempos y que ha acunado la libertad.
En mi voz resuena el eco de generaciones de mujeres valientes, trabajadoras y libres. Todas ellas, invisibles o célebres, están bajo mi piel. Todas. La red la tejió Penélope y llega hasta Casandra de Troya, la sibila, la que anunciaba la verdad.
Vengo con mis compañeras y compañeros de toda Andalucía. Vengo con mis hermanas y hermanos. Algunos han traído a sus hijos. Venimos de Andalucía. Juntos, después de haber andado muchos caminos y de haber abierto algunas veredas. Venimos estremecidos por el dolor que vive nuestra tierra y nuestra gente.
Pero venimos, armados de palabras y de razones, a explicarle, Sr. Presidente, lo que pasa en Andalucía y a exigir lo nuestro. Venimos a decir que somos la resistencia. Frente los mercados sin alma, nosotros ciudadanos con conciencia. Frente a los poderosos, nosotros andaluces libres. Nosotros somos Andalucía.
Y como nuestro pueblo es sabio, sabemos que estamos viviendo un cambio de época. Es difícil verlo desde la perspectiva del día a día, sobre todo cuando el día a día nos atenaza. Pero es un cambio histórico el que sacude nuestras vidas y nos hace protagonistas de este tiempo de transición e incertidumbre.
Los cambios de época no son una novedad para la humanidad, pero son convulsos, todos ellos conllevan contradicciones, provocan conflicto y generan desorientación, perplejidad y, por tanto, vulnerabilidad.
Los expertos afirman que una época histórica cambia cuando se transforman a la vez y de forma cualitativa las relaciones de producción, relaciones de poder, la experiencia humana y la cultura.
Y ahora están cambiando las relaciones de producción, las relaciones entre capital y trabajo: en su base, el capital es global pero el trabajo es local. La riqueza se mide en dinero, y el trabajo cada vez vale menos. El dinero es fuerte y el trabajo es vulnerable porque está fragmentado en su organización, diversificado en su existencia y dividido en su acción colectiva.
El contrato social entre el capital y el trabajo ha sido violado para permitir la movilidad global del capital y construir la vulnerabilidad local del trabajo. El capital ahora no solamente tiene alas sino que vuela sólo, sin reglas, sin control.
Están cambiando, también, las relaciones de poder: los Estados se quedan pequeños para las reglas supranacionales del capitalismo. Nos están imponiendo una lógica de soberanía subordinada. Los estados se subordinan a los mercados, la política se subordina a la economía. Fuimos tan ingenuos al principio de la crisis que creímos que se podía refundar el capitalismo. Ahora asistimos anonadados a la refundación de la democracia por parte del capitalismo. Y estamos indignados. Los que elegimos como representantes no deciden y los que deciden ni los elegimos ni nos representan. La democracia es la línea de resistencia, por eso estamos aquí, porque somos ciudadanos conscientes.
También está cambiando la cultura: los valores y los intereses dominantes son construidos sin referencia al pasado ni al futuro, sin historia y sin memoria. La realidad es la que nos presentan los medios de comunicación, no la que vivimos diariamente. Lo que no sale en la tele no existe.
Crece de forma vertiginosa la organización de redes virtuales, que reemplazan a los contactos cara-a-cara, creando una especie de vecindario electrónico global, donde las relaciones sociales y políticas parecen innecesarias.
Todos estos síntomas del cambio de época entrañan contradicciones:
-el mundo es un mercado, con economías pero sin sociedades ni ciudadanos;
-la globalización reemplaza los fines por los medios;
-el sector público aparece como fuente de problemas y el sector privado como fuente de soluciones;
-la competitividad promueve el individualismo, pero, afortunadamente, la sostenibilidad requiere de la solidaridad y la cooperación;
-el pensamiento único eclipsa al pensamiento crítico;
-la pobreza coexiste con la abundancia. Y los ciudadanos y los pueblos estamos a la intemperie.
En este cambio de época conviven la opulencia y el desamparo; los vendedores de ilusiones y los huérfanos de esperanza;
La historia nos enseña que el poder es para los que generan y usan su propio conocimiento. Por eso debemos entender que el futuro está siendo moldeado por las poderosas influencias del presente.
Las transformaciones están en marcha y no hay vuelta atrás, está en juego el papel de los ciudadanos y de los pueblos. Por eso venimos a afirmar nuestro compromiso político con Andalucía.
Venimos con nuestros derechos y estamos aquí para defenderlos: el primero de ellos es elderecho al trabajo. Porque es nuestro principal problema, porque hay 1.250.000 andaluces sin trabajo y no son números, son vidas. Son nuestras vidas y las vidas de gente que nos duele. Porque no es culpa nuestra, nosotros no hemos causado esta crisis, ninguno de nosotros y estamos soportando sus efectos más duros, su cara más amarga.
No venimos a quejarnos, sino a traer una solución, una hoja de ruta: un PEPA. Tenemos un Plan para que la tasa de paro en Andalucía se rebaje hasta la media del conjunto del estado. La tasa media de paro en España es un problema grave, pero debe usted saber, Sr. Presidente,que la tasa de paro de Andalucía es una emergencia.
Por eso tenemos que cambiar el sistema productivo de nuestra tierra. Allí lo ha implantado el PSOE, pero es el mismo que uds., Sr. Presidente, han implantado en otras comunidades. Es el mismo modelo de desarrollismo uniformizador, basado en la construcción de viviendas y aeropuertos vacíos, la explotación intensiva de nuestros recursos, la dependencia financiera y económica y el clientelismo. Este modelo nos ha traído al abismo de la crisis. Para salir de aquí de manera estable y sostenible, los andaluces queremos contar con las energías renovables, la agricultura convertida en sector estratégico (con manufactura en Andalucía y distribución desde Andalucía), la pesca, la industria que nos han desamortizado, el turismo y el apoyo a los pymes y los autónomos legislando para que les llegue el crédito (Banca Social Andaluza).
Esa es la reforma necesaria, la reforma del modelo económico, no la reforma laboral que usted ha planteado. Porque la cifra del paro en Andalucía no es un problema de legislación laboral, porque recortando los derechos no se genera un solo puesto de trabajo. Y nosotros necesitamos muchos puestos de trabajo. Porque si usted sólo a tiende a los mercados y a los poderosos, los ciudadanos vamos a levantar la mano y nos vamos a poner en pie.
Nuestro Plan tiene nombre, PEPA, como la libertad. Recuérdelo cuando vaya a Cádiz a celebrar el Bicentenario de la primera Constitución. 200 años después, PEPA significa igualdad de oportunidades. Un PEPA que contemple una inversión de 40.000 millones de euros para crear empleo. Un Plan coordinado con la UE y cuya primera anualidad debería usted incluir en los PGE para este 2012. Esos PGE que usted va a aprobar 5 días después de las elecciones andaluzas para no hacerle la puñeta a su delegado en Andalucía, al Sr. Arenas. A él tal vez no se la haga, pero algo me dice (la voz de Casandra) que nos la va a hacer usted a todos los andaluces.
El derecho al trabajo es el primero que venimos a defender porque en Andalucía es una cuestión de emergencia.
Pero no es el único, Sr. Presidente. En la línea de la defensa del bienestar también nos va a encontrar: ni un maestro menos ni un médico menos en Andalucía. Es absurdo y demencial el juego de poder que practican su Ministro de Educación y la Junta de Andalucía. Un disparate que pilla en medio a miles de opositores en Andalucía.
Y en la defensa del derecho a la vivienda. Haga una ley que garantice este derecho y proteja a las familias amenazadas por desahucios en vez de recomendar un código de buenas prácticas a los bancos. Que sabemos lo que van a hacer los bancos con ese código de «buenas prácticas».
Haga usted los recortes en lo prescindible, no en los derechos, no en lo imprescindible. Recorte suprimiendo las Diputaciones Provinciales, recorte en asesores y altos cargos, recorte en publicidad y propaganda, recorte en estas cosas para corregir el déficit. Pero tengo que recordarle que para nosotros el paro es el problema y es más importante que el déficit.
Vamos a defender nuestros derechos, Sr. Presidente. Lo vamos a hacer con firmeza y con coraje. Lo vamos a hacer con inteligencia y generosidad. Queremos hacerlo junto a todas las fuerzas políticas democráticas. El paro es nuestro problema y nuestra actitud la decimos en andaluz: “PALANTE”. Es un mensaje de coraje y de esperanza.
Pero no sólo los ciudadanos, también los territorios, también los pueblos, están en una situación de riesgo en este cambio de época.
La globalización y, su alter ego, el individualismo nos hacen vulnerables, por eso es imprescindible reformular nuestra identidad colectiva. Y los andaluces tenemos identidad. Y, porque tenemos identidad, elegimos tener autonomía.
Dentro de 3 días celebraremos el 28 F, el aniversario institucional de la conquista de esa autonomía. Más que a nadie le costó a Andalucía, Sr. Presidente. Más que a ningún otro pueblo o comunidad del estado. Los andaluces lo hicieron por sí y lo hicieron para el resto de España. Y lo hicieron para nosotros, sus hijos.
Hoy, 32 años después, esa autonomía es vulnerable. Ha sido desmontada en lo económico con un modelo depredador propio del colonialismo. Y está siendo atacada en lo político por los que niegan la diversidad, por los que no reconocen más identidad que un uniforme páramo de pobres, por miserables que se acobardan ante los que tienen y pretenden engañar a los que son.
En la vanguardia de la autonomía, en el lugar de siempre, desde hace muchos años, encuentra usted al PA.
En Andalucía tenemos las competencias necesarias para cambiar nuestro modelo económico y para defender el estado del bienestar. Y no vamos a perder ni una, y no vamos a devolver ni una. Esas competencias son nuestra autonomía y nuestra autonomía es nuestra herramienta para que este cambio de época no nos deje a la intemperie, no nos reste ningún derecho y no nos haga todavía más pobres.
Si mira usted el mapa de España que dibuja la EPA, o el mapa de la pobreza que presentó Caritas el jueves, tiene usted que llegar a la misma conclusión que nosotros: donde se ejerce la autonomía hay menos paro y menos pobreza. Por el contrario, las autonomías “dóciles”, domesticadas, las gobernadas por partidos centralistas son, somos, las más pobres, las que tenemos más paro. (Pobreza España: 20,7%. Cataluña 15,3%. Andalucía: 30,1%)
Hay una relación directa entre poder político y riqueza. Quien tiene más poder es menos pobre. Y usted lo sabe.
También lo sabemos nosotros. Por eso, como dice Carlos Cano “ha llegado el momento de recuperar el protagonismo de nuestras vidas. Nuestro propio destino, los sentidos, el arte, la emoción y la valentía.
Porque sabemos que cuanto más fuerte sea la autonomía andaluza más fuerte será Andalucía. Porque tenemos claro que o desarrollamos nuestra autonomía o el destino de nuestros hijos será el de nuestros abuelos: hacer la maleta y emigrar.
Y, como tenemos memoria, no vamos a repetir nuestra historia. Vamos a tirar palante, vamos a cambiar el futuro desde el presente. Nadie va a arrebatar la autonomía a los andaluces, por más que lo intenten algunos vestidos de rosa o de azul, por más palabrería que utilicen. Los conocemos y los desenmascaramos. Siempre habrá algún andalucista dispuesto a defendernos de los tahúres.
Aquí nos tiene, Sr. Presidente. Como ciudadanos, como andaluces. Rebeldes y valientes. Conscientes y osados. Somos Andalucía. Le pido que nos escuche. Venimos cargados de razones, de coraje y de esperanza. A nosotros nos va la vida en esto: hemos pagado de nuestros bolsillos (muchos de ellos exhaustos) los autobuses que nos traen, los bocadillos o las tapas que comemos y los trajes que vestimos.
Atienda nuestra reclamación del PEPA. Es necesario para Andalucía.
Y ya, para despedirme, déjeme decirle, en voz baja, lo que no oirá cuando vaya a Cádiz en marzo. Lo ha pregonado el Defensor del Pueblo de Andalucía y lo ha escrito Juanjo Téllez:
«para detener a ese nuevo Napoleón de una Europa hecha a la medida de los mercaderes, de un tiempo terrible que quiere dar marcha atrás al reloj Y que volvamos de nuevo doscientos años atrás.
Si eso ocurre, Cádiz, ojalá inventes la libertad de nuevo, ojalá sepas hacerte tirabuzones con las bombas de la contención del déficit, de la reducción de sueldo, de los eres falsos y de los verdaderos, de las reformas laborales y de los empresarios sin reforma, de los príncipes que se convierten en madrastras, de los regalos de trajes y de los cambios de chaqueta, de los aeropuertos vacíos y de los astilleros callados, de las estrecheces que hoy llenan comedores de la caridad y promesas incumplidas en los grandes discursos.
Los salvadores de la patria es probable que digan que vienen a salvarte. Pero tú lo sabes al igual que yo, vieja hija de Hércules, sólo tú misma puedes salvarte, volver a ser lo que siempre fuiste, una isla en mitad de todos los tiempos, que nunca le tuviste miedo a mirarte al espejo del rompeolas ni a querer, por encima de todo, ser libre.»
En este cambio de época, Andalucía se defiende a sí misma y tiene quien la defiende.
Por eso yo, como Carlos Cano, levanto la bandera de mi pueblo. Por eso yo pronuncio el nombre hermoso de mi tierra. Y espero y deseo que las nuevas generaciones, con el poder que da la vida, recuperen los ritmos, la emoción, el arte y el firmamento. Y los arrojen contra este mundo que se derrumba y desaparece en su propio fracaso y en la memoria de los tiempos para siempre.
Viva Andalucía Libre!!!
Madrid, 25 de febrero de 2012
Dejarse ya de tonterías añejas, venga todos unidos con Pilar y PAlante.
Mientras los andalucistas estaban reivindicando ante Rajoy soluciones para crear empleo en Andalucía, Rojas Marcos y las juventudes de la derecha andalucista, convocaban el mismo día y a la misma hora otro acto en Marbella para boicotear la asistencia al acto de Madrid. Pilar representa un PA renovado, sin ambiguedades, con un proyecto para político claro para Andalucía y los que han querido utilizar el andalucismo para sus intereses personales no quieren que Pilar salga de diputada ni que el PA se defina. La ambiguedad es la que le permitía utilizar al PA para sus intereses personales. Pero se encontraron con que la asistencia a la concentración de Madrid fue masiva, que la gente se pagó el autobús y la comida y sintió la autenticidad de la política y la diferencia frente a la política de la manipulación.
¡Chapeau! :)