La democracia que dio a luz el régimen del 78 ha sido tan débil y alicorta que ha generado un hambre voraz de decisiones colectivas. Y esto está muy bien, una suerte para la democracia española y hay que ponerla en el enorme patrimonio político que nos ha legado el 15M. Bien es cierto que este hambre ha llegado al momento en que el hambre de otras cosas más materiales empezaba hacerse notar con la crisis, pero bueno las cosas han sido siempre así.
Pero este hambre de votos no puede hacer que olvidemos que la democracia no solo es votar sino también un cuerpo de procedimientos derechos y garantías que no están sometidos a las decisiones colectivas por que son condición de posibilidad de aquello que hace posible que votemos y que tomemos decisiones colectivas; “ el hijo no puede ser decidir el nacimiento de su padre”.
Las declaraciones de Begoña Gutiérrez, más allá de la burda y anecdótica manipulación sobre la semana santa, si traducen algo que está en el imaginario más naif del discurso del 15M y de Podemos cuando se transmiten a mucha gente que carece de una cultura ciudadana y republicana mínima; el hambre compulsiva de decisiones, todo debe ser sometido a votación.Me consta que el grupo promotor es consciente de este problema y no comparte esta visión pandecisionista pero el problema esta ahí y si no se ataja a tiempo puede traer consecuencias nefatas.
Una de esas consecuencias nefastas es confundir la amplia y necesaria democracia radical y deliberativa con la nefasta y totalitaria democracia plebiscitaria y antigarantista. No se somete a decisión colectiva la libertad sexual , la libertad de pensamie nto, la igualdad ante la ley, el derecho al voto, la libertad ideológica (entre ellas la religiosa) y tantas otras libertades. No debemos superponer el orden de los hechos ( la “questio facti” que diría Kant): con el orden de la legitimación ( quaestio iuris).
La democracia es en primer lugar una forma de vida que nos hace poder vivir libres y autónomos, es la democracia sobre mi mismo. Pero para que la libertad y la democracia sobre mi mismo sea factible es necesario la igualdad sin la cual unos serán muchos más libres que otras. Solo puedo (debo) decidir colectivamente cuando la decisión del otro repercute sobre la capacidad de decidir sobre mismo de todos y cada uno.Estamos en un momento en que millones de personas están participando en un proceso acelerado de politización que puede forjar la cultura política de los próximos años, estamos haciendo los moldes, hagámoslo bien.