Manuela Martínez / Hablar de recuperación económica con casi 6 millones de parados es un insulto a la inteligencia. Y afirmar que 2014 será el año de la recuperación con creación neta de empleo, una broma de mal gusto.
Lo digo con indignación, dado que las cuentas públicas aprobadas por el rodillo Popular para este año resultan contraproducentes para la reactivación económica y la creación de empleo. De hecho, insisten en su política de devaluación salarial y precariedad laboral, de desprotección social, de desmantelamiento de lo público…, con el consiguiente incremento de los niveles de pobreza, desigualdad y exclusión social. En definitiva, nos ofrecen más de lo mismo a los mismos de siempre, haciendo caso omiso al fracaso de su política económica. UGT identifica 6 claves de ese fracaso, a saber:
- La tasa de paro sigue en el 26%
- La precarización del empleo enturbia el descenso del paro.
- El nivel de vida de los españoles empeora.
- El PIB interanual sigue en negativo.
- La competitividad mejora, pero no será sostenible a corto plazo.
- Sin ingresos, será imposible cumplir con el objetivo de déficit.
Y es en este panorama en el que está tomando fuerza el famoso mantra del “más vale cualquier trabajo que ningún trabajo”. Ya dijo Rosell, el presidente de la CEOE, que la gente se tenía que acostumbrar a aceptar “empleos, por muy malos que sean”. En aquel momento muchos pensamos que sólo estaba compartiendo en público su viejo sueño neoliberal. Pero nos equivocamos.
Ahí están los resultados del Estudio “Crisis y contrato social. Los jóvenes en la sociedad del futuro”, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. No es sólo que casi el 49 por ciento de los jóvenes españoles de 18 a 24 años afirme que aceptaría cualquier trabajo, en cualquier lugar y aunque tenga un sueldo bajo, sino que además, un 85 por ciento considera muy o bastante probable tener que trabajar en lo que sea. Por si esto fuera poco, y a pesar de esta disponibilidad expresada por los jóvenes, un 80 por ciento se muestra convencido de que, al menos en un futuro próximo, tendrá que depender económicamente de su familia.
Y esto no es un sueño, es la realidad que están viviendo miles de jóvenes, y no tan jóvenes, en nuestro país. Se trata del colectivo de trabajadores pobres que no deja de aumentar. Lo hace a un ritmo preocupante para nosotros, los sindicatos de clase, y adecuado, por buscado, para el Gobierno y la patronal.
Y es que cuando Gobierno y CEOE hablan de creación de empleo en 2014, están pensando en trabajo más barato, temporal y mayoritariamente a tiempo parcial. En definitiva, empleos de muy baja calidad que hacen imposible una vida digna para los trabajadores y trabajadoras.
Cuando llegue el momento, venderán las bondades de su política económica porque crecerá el número de afiliados a la Seguridad Social y se callarán que, para poder sobrevivir, muchos de esos nuevos afiliados tendrán que contar con el colchón familiar (si disponen de él) o con las ayudas sociales (si no las han eliminado para entonces).
Imposible vivir con un contrato a media jornada cuando con uno a jornada completa se te hace difícil llegar a fin de mes, me dicen muchos compañeros y compañeras. Y tienen toda la razón porque, aunque tengan trabajo, ¿cómo van a vivir con salarios de 300 ó 400 euros al mes?
Eso sí, para que el trabajador a tiempo parcial pueda cobrar un poquito más, el Gobierno se ha sacado de la manga las “horas voluntarias” que el empresario puede manejar a su antojo con pequeñas limitaciones. ¿Se imaginan?… 8 de la tarde: Pepe, hoy te quedas 2 horas voluntarias más para terminar de recoger.
Y así todo…
O nos unimos contra esta estafa laboral o nos convertimos en cómplices. Tú decides.
@Manuela_MJ
¿Por qué ocurren estas cosas? Generalmente los jóvenes se lesionan en el trabajo porque el equipo que usan no es seguro, por el estrés o por querer hacer las cosas rápido. También es posible que los adolescentes no hayan recibido el entrenamiento y la supervisión adecuados. Si eres un adolescente, es más posible que resultes herido si estás en un trabajo en el que legalmente no puedes laborar.