Hombres y mujeres se alternarán en las listas a la Asamblea Constituyente.
Ignacio Cembrero.El País.13/04/2011.
La revolución tunecina no deja de sorprender. En la noche del lunes al martes tomó una iniciativa sin precedentes en el mundo musulmán: la paridad de hombres y mujeres en las listas de las que serán las primeras elecciones democráticas en los 55 años de independencia de Túnez.
No solo las listas de candidatos contarán con el mismo número de hombres y mujeres sino que serán además del tipo cremallera: En ellas se alternarán los aspirantes de ambos sexos. Si no cumplen estos requisitos serán invalidadas.
La Asamblea Constituyente, que como su nombre indica se encargará de redactar una nueva Carta Magna, contará, por tanto, con un alto porcentaje de diputadas. Será elegida el próximo 24 de julio.
La imposición de la paridad en las listas fue decidida por cuasi unanimidad por la Alta Instancia para la Realización de los Objetivos de la Revolución, un órgano de 155 miembros que representa todo el abanico político desde los islamistas de En Nahda (Renacimiento) hasta el Partido Comunista de los Obreros Tunecinos. Se ha convertido de facto en un Parlamento interino.
Esta institución acabó así, el martes de madrugada, de elaborar el código electoral que adquirirá la forma de un decreto-ley –el Parlamento ha sido disuelto y no puede aprobar leyes- que promulgará el presidente interino Fuad Mebaza.
Tras la adopción de la paridad de ambos sexos en las listas, los miembros de la Alta Instancia se pusieron en pie y aplaudieron a rabiar incluidos los islamistas de En Nahda.
Curiosamente, durante el debate solo una mujer, la economista Zuhur Kurda, del Congreso para la República, un partido recién creado, se mostró reservada sobre la paridad. Alegó que perjudicaba a las formaciones con pocas mujeres en sus filas y que acabarían llenando sus listas con candidatas florero. «Es una decisión histórica, sin precedentes, la que hemos tomado y espero que sirva de ejemplo a otros muchos», declaró, orgulloso, a este periódico el magistrado Mokhtar Yahyaoui, sancionado por la dictadura de Ben Ali y ahora miembro de la Alta Instancia.
«Las mujeres entrarán así en gran número en la Asamblea Constituyente, pero no serán la mitad de la cámara porque la mayoría de las cabezas de lista en las circunscripciones seguirán siendo hombres», precisó Yahyaoui.
Si se exceptúa Líbano, Túnez es el país árabe en el que las mujeres gozan de la mejor situación jurídica desde que en 1957 se aprobó el llamado estatuto personal que prohíbe, por ejemplo, la poligamia y el repudio en el seno del matrimonio. La ley electoral de la dictadura ya reservaba a las mujeres el 25% de los puestos en las listas.
Tras una ardua discusión, la Alta Instancia aprobó por mayoría prohibir concurrir a las elecciones de julio a todos aquellos que ocuparon cargos en los Gobiernos de la dictadura del derrocado presidente Ben Ali (1987- 2011) y en el que fue el partido hegemónico, el Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD), hoy en día disuelto.
La propuesta inicial preveía que solo quedarían excluidos de las próximas elecciones los que tuvieron puestos de responsabilidad en los diez últimos años, pero los islamistas de En Nahda pidieron ampliarla a los 23 años que duró la era Ben Ali. Su propuesta se impuso por 111 votos contra 34.
Esta última decisión deja fuera de la vida política a miles de tunecinos. «Hubiese sido preferible que fueran los ciudadanos los que hubieran sancionado, con su voto, la exclusión del futuro Parlamento», declaró el abogado Iadh Ammar, que defiende en los tribunales a algunos de los antiguos colaboradores de Ben Ali.
La persecución contra los fieles de Ben Ali no ceja. El último secretario general del RCD, Mohamed Ghariani, fue detenido el pasado lunes. La víspera la policía echó también el guante a un hermano del dictador, Slah Ben Ali, que no se presentó ante el juez instructor que le convocó tres veces.
La Alta Instancia adoptó, por último, un sistema electoral proporcional con reparto de restos mayores que favorece a las minorías. En Túnez ya hay cerca de 90 partidos legalizados. La Asamblea Constituyente quedará, probablemente, muy fragmentada.