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Turismo y parques eólicos marinos en la costa noroeste de Cádiz.

parques eolicos marinos

 

El turismo constituye para Andalucía un sector estratégico porque hemos logrado mantener desde hace años un liderazgo internacional plenamente reconocido. Es sin embargo una actividad que tiene, en general, mala prensa en los medios ecologistas por su incidencia ambiental. Creo que hay pendiente un debate social para profundizar en la realidad del turismo, verlo en su dinámica y evaluar ventajas e inconvenientes.

 

Aunque no es el momento ni el sitio para abordarlo es necesario apuntar ideas al respecto con carácter previo a la realización de algunas modestas reflexiones sobre su relación con el proyecto de parque eólico marino en la costa noroeste de Cádiz en donde encontramos paradójicamente una situación inversa a la habitual: esta vez no es turismo al que se le achaca perjudicar al medio ambiente sino es precisamente un bien ambiental también estratégico (la generación de energía renovable a gran escala) al que se presume que puede ser una amenaza potencial para el turismo de la comarca.

 

El turismo de masas, es decir la democratización del turismo a la vez que su conversión en una industria económica de primera magnitud, es una conquista cultural del siglo XX por numerosos motivos, entre los que destacan la adaptabilidad climática de la ciudadanía aprovechando las vacaciones y el tiempo libre remunerado, el conocimiento e intercambio cultural y el trasvase de renta de unos territorios a otros. Es verdad que produce impactos ambientales, tanto por el traslado y como por la permanencia fuera de su residencia, asociados al consumo de territorio y las necesidades de infraestructuras y servicios que genera la propia actividad pero también es verdad que si lo observamos en su dimensión, tanto por la creación de empleo como de valor añadido, es de los que menor impacto producen. En todo caso no se trata de condenar o salvar al turismo en general sino de evaluar el modelo o modelos turísticos concretos que, de forma explícita o implícita, se están llevando a cabo.

 

El turismo de la costa noroccidental de Cádiz es un turismo básicamente de sol y playa, configurado a partir de los años sesenta del siglo pasado, con un enorme peso de la segunda residencia frente a la oferta hotelera, que goza de unos recursos naturales y culturales excepcionales y cuya demanda es de composición básicamente andaluza. Sus principales problemas son la estacionalidad y el escaso gasto turístico per cápita que se genera en la zona.

 

Sin apenas datos para conocer cómo le está afectando la crisis durante este verano, ya que el único municipio de la zona que el INE considera como punto turístico es el Puerto de Santa María por el volumen de su oferta hotelera (28 hoteles), parece obvio que la disminución de la capacidad de gasto en sus mercados mayoritarios y la bajada del precio de los inmuebles está afectando de forma importante al actual modelo turístico, tal vez en menor medida que en aquellos destinos más vinculados a mercados internacionales, sobre todo al Reino Unido como ocurre con el litoral mediterráneo andaluz. Los últimos datos disponibles sobre ocupación hotelera del mes de julio en la Costa de la Luz de Cádiz, que incluye, según el IEA, el litoral desde Sanlúcar de Barrameda hasta Tarifa, indican una disminución de los viajeros y de las pernoctaciones, compensada gracias a un aumento de la estancia media, por lo que el grado de ocupación permanece en los mismos términos que en el mes de julio del año anterior aunque ha habido una disminución sensible del personal empleado.

 

Creo sinceramente que es precisamente la actual situación de crisis la principal amenaza sobre el modelo turístico tradicional de la costa noroeste y no desde luego los posible impactos por la instalación del parque eólico, que parecen concretarse en dos aspectos: el impacto visual y los derivados de la conducción de la electricidad desde los aerogeneradores a tierra. Está claro que, en todo caso, éstos dependerán de cómo se hacen las cosas pero en la hipótesis de que se actúe racionalmente, es decir, que se implanten en un lugar que tenga un campo visual mínimo desde la costa y que las infraestructuras de transmisión cumplan con los requisitos de precaución adecuados, no deben suponer ningún tipo de afección negativa hacia el turismo de la zona. Desde un punto de vista objetivo, la existencia de la base militar de Rota debería suponer, en cuanto a la percepción de riesgos, un elemento negativo infinitamente mayor y sin embargo la realidad es que para nada ha afectado a la demanda, incluso de segunda residencia, como demuestra no sólo su incremento durante las últimas décadas, sino la construcción ex novo de Costa Ballena como ciudad turística, en el mismo término municipal de Rota, aunque desde luego en su estrategia de promoción su marca se ha desvinculado de cualquier relación con la base militar.

 

En las actuales circunstancias es fundamental tener una posición activa sobre el modelo turístico de la comarca con el objetivo de romper la estacionalidad y aumentar no ya el numero de turistas sino su gasto en destino, lo que al menos implica una estrategia que contemple la promoción conjunta de la marca Costa de la Luz como identificación turística del litoral sur atlántico de la península; la utilización fuera de temporada de la gran oferta de segunda residencia; el fomento de la oferta hotelera y sobre todo la potenciación de turismos específicos en sinergia con el turismo genérico de sol y playa. Precisamente la calidad medioambiental de la costa sur atlántica de la península, con enclaves tan emblemáticos como Doñana, debe ser el elemento de enlace entre planificación de la oferta, nuevos turismos específicos, como los deportivos y culturales, y la promoción de la marca.

 

Ahora bien, hay que tener en cuenta que toda percepción sobre un destino está muy condicionada por el componente cultural por lo que, tomando prestado un término clínico, puede producirse sin pretenderlo un ejercicio “invención de enfermedades” (disease mongering) o por el contrario se puede asociar el parque eólico a una seña de identidad medioambiental de la zona.

 

Parece que la opinión pública está reaccionando en estos tiempos dominados por la crisis con temor al futuro y con mucho conservadurismo de tal forma que intuitivamente defiende lo existente ya sea el no desmantelamiento de la central nuclear de Garoña ya sea oponiéndose a los parques eólicos marinos. En este último caso se está creando un estado de opinión a priori, e independiente de una verdadera ecuación de resultados, que puede ser muy perjudicial para los intereses de Andalucía.

 

En el contexto de la crisis diferencial de Andalucía, causada entro otros factores por la falta de cualificación de los factores productivos (enseñanza y formación, tecnología, inversiones de capital), hipertrofia de la construcción y dependencia energética, tenemos sin embargo que preparar la transición hacia una sociedad que esté en pie de guerra contra el cambio climático y el fin de la era del petróleo, entre otros retos. Es verdad, como escribía hace poco Luis García Montero que “no hicimos los deberes mientras pudimos” y que ahora más que nunca “tenemos que tomarnos muy en serio la responsabilidad de nuestro sistema productivo”. La energía eólico marina es una oportunidad que no debemos rechazar. El sistema energético marca la posición del territorio. Andalucía ha tendido una mala posición durante un siglo XIX dominado por el carbón y durante el siglo XX dominado por petróleo. El fin de la era del petróleo puede marcar el renacer de Andalucía porque por vez primera tenemos los recursos naturales adecuados y podemos disponer de la tecnología adecuada. El cambio energético es la clave para cambio social, económico, político y medio ambiental.

 

Hay que defender el turismo, por supuesto, pero en el contexto de una economía diversificada, anclada en el territorio, conectada a las nuevas tecnologías verdes, dentro de un proyecto global sobre la bahía de Cádiz que incluya la racionalización del uso de nuestros recursos naturales, promoviendo en particular la acuicultura, la transformación industrial y la adecuación de los distintos niveles formativos, empezando por la FP.

 

A su vez es necesario que Andalucía detente poder político real, poder financiero propio, camine hacia un nuevo modelo económico en transición y un sistema social más igualitario empezando por estrategias de reparto del trabajo y garantías de mínimos para todos y todas las personas andaluzas.

 

Por último no quiero terminar esta pequeña reflexión sin señalar que desde mi punto de vista hay una grave responsabilidad de lo que está ocurriendo por parte del Parlamento de Andalucía. El Parlamento como representante de todos los andaluces y andaluzas es el órgano que debería haber aprobado mediante Ley, con el consenso de todos los grupos políticos y de los agentes sociales, un mapa para la implantación de los parques eólicos marinos en nuestro litoral, un modelo de gestión y una estrategia de plazos. Dejar a la iniciativa privada que negocie por municipio la construcción de los parques eólicos marinos es renunciar a un proyecto andaluz para el cambio y arrojarlos a la melé política local, dominada como toda la política actual por oportunismo electoralista. Nuestro principal lastre.

Un comentario

  1. antonio rebollo palacios

    Nadie duda que el turismo constituye para Andalucia un sector estratégico de creación de empleo y riqueza,ahora bien,el hotelero nos puede servir de ejemplo del peso económico y de la situación real de lo que representa Andalucia en el entramado empresarial dentro del estado español.Hay algo más de 600 proyectos hoteleros con 87000 habitaciones y una inversión de 13000 millones de euros para los próximos años,superando el 35% de proyectos e inversión en Andalucia.El 66% corresponde al sector de los grandes grupos y el 34% restante para gestores individuales o pequeños.Del porcentaje de gestores individuales o pequeños no llegan a la mitad de empresas o capital andaluz,y,de esa mitad de gestores andaluces se dá la casualidad que algunos tienen sus sedes sociales en Madrid(el factor sede social es importantisimo por ser empleo de calidad y bien renumerado).
    Las pricipales cadenas hoteleras son:aleatoriamente.-
    Accor…….Francia
    Barceló…..Mallorca
    Rius……..Mallorca
    Hotusa……Barcelona
    A-C………Madrid
    Vinnci……Madrid
    Confortel…Madrid
    Husa……..Barcelona-Valencia
    Iberostar…Mallorca
    Sol Meliá…Mallorca
    Occidental Hotels…Madrid
    El proyecto del parque eólico marino de Cruz del Mar tiene todos los parámetros para poder realizarse y ATENCIÓN!!Albricias, es un proyecto empresarial andaluz(Magtel)

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