De la foto de Pedro Sánchez colgado de una grúa, como nueva bandera del PSOE, hemos pasado a la de Pedro Sánchez delante de una grandísima bandera de España.
En dos días se ha escrito mucho sobre el asunto. Simplifiquemos. El flanco izquierdo del PSOE está tomado por Podemos en general y en particular por las Carmenas, Colaus, Kichis, Oltras y Martiños. Nótese la diversidad de banderas de, como dijera el poeta, los pueblos de España. Vienen las elecciones catalanas, que Convergencia sin Uniò y Esquerra harán plesbicitarias. Sánchez pone su España en el centro para limitar el cantado crecimiento de Ciudadanos a costa del PP. El PSOE se derechiza simbólicamente con su líder envuelto en la bandera de la Constitución que reformaron para poner los derechos de los bancos alemanes por encima de los derechos de los españoles.
Poco antes Rajoy maquilla a Rajoy elevando públicamente al carácter de representativo a algún joven cachorro aventajado. Llevan la bandera de España en la muñeca.
Cuando un trapo se hace bandera deja de ser un trapo, llega el símbolo que concentra semántica y etimología. Preguntadle al Partido Popular por qué puso grandes y enormes mástiles con también enormes banderas de España cuando ganaba los importantes ayuntamientos andaluces. Preguntaos por qué Carlos Cano cantó la verdiblanca quitando penas quitando hambres, al tiempo que pedía se acabe el para y haya trabajo, escuelas gratis, medicina y hospital.
Unos se aferran a la Constitución que se están encargando de liquidar por órdenes extranjeras, mientras se abren paso mareas y vientos cuya patria es la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Permítanme que les diga, pero en cuestión de banderas yo debo ser un andaluz afrancesado.
Columna de opinión en La Voz de Granada, @marioortega