Enrique Monterroso Madueño
Hay que hacer un esfuerzo y plantearse que la situación generada por la pandemia de tan extrema gravedad presente y futura sólo debemos enfrentarla con criterios lo más técnicos posibles y no con las artes propias de una contienda política como está sucediendo en España. La emergencia extraordinariamente grave que está teniendo lugar en todo el planeta no tiene una dimensión política en sí misma. La deriva política que está tomando en España se enmarca en un ancestral cainismo de la clase política española.
Lo normal en la mayoría de países europeos es que sus gobiernos se enfrenten al mismo tiempo y con la misma energía a resolver la crisis sanitaria y la económica. Aquí, no. Aquí lo normal es que el gobierno legítimo de la nación se tenga que enfrentar al mismo tiempo que a lo sanitario y lo económico, a una crisis política promovida por la oposición que utiliza para ello todos los medios a su alcance, especialmente la agitación por las redes sociales, llevándose así casi toda la energía de que dispone un gobierno de coalición. Aquí la energía se necesita para salir indemne de rifirrafes políticos de naturaleza abyecta por despreciable. De nuevo hay que recurrir a nuestro inefable D. Antonio Machado cuando dijo: “españolito que vienes al mundo, te guarde Dios; una de las dos Españas ha de helarte el corazón”
La ciudadanía española racional y no contaminada exige al Gobierno actual (como a cualquier gobierno que hubiere en España) para intentar resolver esta crisis dosis de sensatez y de búsqueda de soluciones financieras para evitar la catástrofe económica que se anuncia. Puede haber margen para la ideología, pero no para el partidismo. Utilizar el partidismo aquí y ahora es ruindad.
Las posibles soluciones al panorama que tenemos delante y el que se avecina pasan por Europa. De manera que deberíamos estar hablando y preocupándonos por la viabilidad de las propuestas españolas ante Europa y no de la campaña de mentiras, de bulos y de si los errores en la gestión que comete el gobierno son veniales o mortales
En Europa lo tenemos difícil, sería ingenuo pensar otra cosa. El Gobierno español propuso ayer jueves en el Consejo Europeo que sea la Comisión Europea quien se endeude y no los países. Para ello proponemos la creación de un fondo de 1,5 billones de euros para realizar inversiones que permitan reconstruir las economías y que se repartirían después entre los diferentes países en forma de una especie de subvenciones que se recibirían a fondo perdido, no de préstamos dados con condiciones ( entiéndase recortes) que serían la puntilla para España pues eso desencadenaría una crisis financiera-económica-social -humanitaria que ya conocemos.
Difícil lo tiene pero si no comete más errores, si el clima político interno se aplaca y , sobre todo, si promueve una nueva definición de patriotismo para momentos difíciles que sea capaz de movilizar a quienes de verdad les duele España y busca un consenso transversal , un acuerdo-pais , España puede tener una oportunidad para convertir esta situación desgraciada en el inicio de una nueva etapa de progreso.
Unos dirán que esto es ingenuidad o buenismo. Da igual. Merecen todas las penas el intentarlo, las que sufren y pueden sufrir los españoles si no lo conseguimos entre todos, los de izquierdas y los de derechas.
Marbella 24 de abril de 2020