Antonio Hernando ha acusado hoy a la suma de Podemos, IU, Compromís y del resto de las confluencias de ser “la vieja y vetusta izquierda comunista”, como dejando caer que los comunistas son poco más o menos que terroristas. O poco aseados. O extremistas peligrosos que se comen a los niños. O todo un poco.
En comunicación política se usa habitualmente el recurso de los “mensajes ciegos” para saber a quiénes se dirigen los líderes. Con este método se trabaja para saber si los líderes, independientemente de su ideología, están reforzando a su espectro ideológico o al contrario. Así, una persona progresista jamás diría que “el aborto no es un derecho”, al igual que un líder conservador no debería nunca jamás referirse al aborto como “interrupción voluntaria del embarazo”.
Si a Antonio Hernando se le hubiera tapado la cara y el logo del PSOE cuando ha dicho eso de “la vieja izquierda comunista” , cualquiera hubiera podido pensar que es un líder heredero ideológico del Franquismo, la versión española del fascismo que ha gobernado este país durante 40 años y que tenía como deporte nacional la persecución, encarcelamiento, torturas y fusilamientos de los comunistas.
En el único país del mundo en el que ganó el fascismo se da la casualidad que el estigma es ser comunista, no heredero ideológico del Franquismo. No soy comunista si ser comunista significa militar en el PCE, pero sí soy comunista si lo que significa es honrar la memoria de quienes dieron los mejores años de su vida luchando por el derecho a huelga, por la libertad de prensa, por los derechos de las mujeres a viajar sin el consentimiento de sus padres o maridos y por jornadas laborales humanas y sueldos decentes.
Cuando este país era un solar desierto y oscuro, escondido en el miedo y en el caciquismo, los únicos que elevaron sus voces para recordarle al dictador que no había ganado su maldad, fueron los comunistas. Fue la única organización política organizada clandestinamente que fue abriendo agujeros de oxígeno a los muros rocosos del franquismo.
La vieja izquierda comunista, a la que se refiere el socialista Antonio Hernando, fue la que montó en España las primeras clínicas abortistas y consultas de planificación familiar clandestinas. Esta vieja izquierda comunista también atendía en consultas médicas a los hijos e hijas de los obreros desheredados por Franco que, por no tener, no tenían ni derecho a la salud.
Fueron estudiantes comunistas quienes rompieron la armonía de catedráticos y profesores franquistas en las universidades españolas, donde la libertad de cátedra era libertad para dar palos y tirar por los huecos de las escaleras a quienes se negaban al silencio instalado por la dictadura.
Comunistas eran también los primeros periodistas que, colándose por los agujeros que iba dejando la dictadura, trabajaban en publicaciones comprometidas con la libertad, la democracia, la igualdad y los derechos humanos por encima de las posibilidades del tardofranquismo. También eran comunistas aquellos actores y actrices que se atrevieron a poner en pie piezas teatrales prohibidas y que, en muchos casos, la taquilla era pasar la noche en los calabozos a base de palizas y torturas como meterles la cabeza en una bañera llena de agua.
Comunistas eran los Abogados de Atocha que fueron asesinados por un grupo de ultraderecha en un despacho que cada día estaba atestado de gente sencilla que iba a reclamar un trabajo decente y dignidad frente a la avaricia de los poderosos. Comunista fue el partido que aceptó la bandera rojigualda y la monarquía, en contra de su misma ideología y en un acto de generosidad inaudito, para intentar construir una democracia decente que pusiera fin a tanto dolor y a tanto anticomunismo en forma de torturas, encarcelaciones y asesinatos.
En este país, señor Hernando, la libertad se la debemos a la vieja izquierda comunista que actuó no desde el exilio como el PSOE, sino a pie de calle, a cara descubierta, a riesgo de que se la partieran. Ahora que se habla de financiación ilegal de los partidos, poco o nada se habla de que un inexistente PSOE fue engordado con dinero de la socialdemocracia alemana para evitar que la vieja izquierda comunista canjeara en votos tantos años de cárceles, huelgas, asesinatos y martirio por defender la democracia.
Memoria histórica no significa sólo desenterrar a los fusilados por Franco, señor Hernando, es también tratar con justicia a quienes se dejaron la vida luchando por esas cosas tan poco importantes como la libertad de prensa, de huelga, de reunión, derecho a vacaciones y a un sueldo digno, un salario decente y a que las mujeres sólo fueran dueñas de sí mismas.
Sr. Hernando, que clase de socialistas son ustedes, de los que privatizan Endesa, Telefónica, Caja Postal, etc., O nombran a la Duquesa de Alba hija predilecta, o nos meten en la OTAN. A ver si nos enteramos, ustedes son peores que a la derechona, nos quieren ni en pintura, son la cara amable del capitalismo. Por cierto, yo si tengo mi carnet del partido y todavía, no me comido a nadie.A
¿sigue la censura?
No es necesario descalificar las palabras de los señores de la foto, ya lo hacen ellos solos cada vez que hablan de los demás. De ellos mismos no hablan nunca.
Pero sí deseo hacerlo sobre el «estigma de ser comunista» del que habla el autor del artículo. Estando básicamente de acuerdo en el expuesto en el artículo, yo creo que habría que añadir la necesidad de abrir un amplio debate sobre los conceptos «comunismo y comunista español/a». Durante la dictadura franquista ambos términos adquirieron connotaciones muy peyorativas porque prácticamente se les hacían responsables de todos los males que acontecieron a lo largo de esas tristes y negras décadas. Eran términos prohibidos que solo se podían decir y escuchar en la clandestinidad.
Yo considero que va siendo hora de actualizar y limpiar ambos conceptos, por lo que espero que el pce, iu, intelectuales y personas de prestigio abran un debate sobre los aciertos y errores, logros y fracasos, luces y sombras del comunismo español que consiga normalizar su uso en el lenguaje cotidiano como pueden utilizarse los conceptos de derecha, izquierda, franquista, socialista, centrista, etc. De esa manera además de hacer justicia a tales conceptos se conseguiría que la juventud tuviese unos criterios claros al respecto, pues después de 40 años de la muerte del dictador, aún hay jóvenes que utilizan ambos términos con la carga peyorativa con que se utilizaban en la dictadura.
Buenos días. Os recuerdo a todos que Pablo Iglesias hizo un comentario exacto respecto a IU y por ende a.los.comunistas…..vaya tela con la nueva política!!!! El panorama es triste triste
En 1978 fuimos muchos los que votamos sí a la Constitución muy a regañadientes, esperanzados en que aquello de “estado social y democrático de derecho” pudiese llenarse de contenido real en un futuro no demasiado lejano, pero conscientes de que aquello era una monarquía de cartón piedra tutelada por el odioso ejército vencedor de una guerra infame y que había sido parida por unas “Cortes” impuestas por su caudillo. Eran tiempos grises en los que el PSOE alardeaba con colores de una historia de “cien años de honradez”, cosa que no ha vuelto a oírse desde hace mucho por cierto, porque daría la risa tonta. Ahora sus dirigentes tienen la impostura de sacar el coco de la “vieja izquierda”, como rancios obispos preconciliares, para defender un espacio electoral que se les encoge por momentos. Así se retratan con mejor luz. Lo triste es que muy probablemente el miedo sigue teniendo mucho eco en su electorado. Como en aquel entonces.
Sr. Hernando, usted se suma públicamente a los anticomunistas que en su partido son muchos: Ibarra ,Guerra, Felipe, etc, etc. Asi queda demostrado una vez más que ustedes, ni son socialistas sino que son la herramienta que la oligarquía y el capital mundial utiliza como repuesto del neofascismo, cuando le interesa.
Soy Paco Pimentel. Y yo soy uno de esos viejos comunistas, compañero Hernando !!! Mi familia, mi padre, mi abuelo Frasquito el bueno eran socialistas, por eso lo fusilaron el 14.03.1937, y por eso yo decidí entrar en el Partido Comunista en 1963 en Madrid, el mismo día que Franco fusiló a Julián Grimau, por eso porque los nazi-franquistas mataban a los comunistas que eran lo que seguían luchando contra la dictadura militar fascista. Aunque yo hubiera querido entrar en el Partido Socialista en aquel entonces hubiera sido imposible porque no estaba en ningún sitio. De todas maneras todos queremos lo mismo: crear una sociedad socialista libre de la explotación del capitalismo… o quizás es que tú has encontrado la perfecta ubicación para vivir en los dos mundos al mismo tiempo y quedar bien con todos… sin dar golpe… claro !!!
El tipo ese (Hernando) hace evidente cada vez que habré la boca que el P–E es verdaderamente la misma MIERDA. Lo más triste es que como él hay demasiados, vean sino al otro boca venenosa de Luena.No tengo nada más que decir Señoría.
Habrá que recordarle a este señor que, por mucho que quieran echar tierra, (sin cal) encima, fue un gobierno del PSOE quien practicó terrorismo de estado. Ni era IU, ni PP, ni Podemos. fue PSOE. ç