Oscar AbouKassen.Público.14/08/2011.Desde que se desataron las revueltas en Londres, tras la muerte de un joven negro durante una operación policial, la clase política británica y los medios de comunicación, con sus analistas de cabecera, se han pasado toda la semana buscando las causas y los responsables de los disturbios que pillaron por sorpresa tanto al Gobierno como a las autoridades policiales.
David Cameron, el primer ministro británico, no dudó en señalar a los padres por «su falta de responsabilidad». Hablaba, sin nombrarlas, de las familias más desfavorecidas de Inglaterra. Un ataque populista dirigido contra un estrato social al que el Partido Conservador británico nunca ha guardado un lugar preferente en su programa electoral.
«Sólo porque los que están protagonizando la revuelta no tengan una agenda política no quiere decir que la causa no sea política», escribió la columnista Zoe Williams en las páginas de The Guardian.
David Wilson, profesor de Criminología en la Universidad de Birmingham, cree que el país sufre una falta de líderes políticos en el que los jóvenes se puedan fijar. «Cuando los políticos son detenidos por hacer chanchullos con sus hojas de gastos eso acaba provocando que los jóvenes, sean de la clase social que sean, no estén recibiendo el liderazgo adecuado», comentó Wilson a la BBC.
Miliband apostó por la mano dura «contra los responsables de los actos criminales»
El jefe del Partido Laborista, Ed Miliband, apostó por la mano dura «contra los responsables de los actos criminales». Pero también apuntó a la desigualdad como uno de los principales causantes de la rabia con la que muchos jóvenes se ensañaron durante los actos de pillaje.
«La desigualdad genera más violencia que la pobreza. En Gran Bretaña hay gente que vive con lo justo y no para de ver pasar la opulencia por delante de sus narices», afirma a Público Jorge Fonseca, catedrático de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid.
En la misma línea sobre el bombardeo consumista que sufren los jóvenes británicos escribía Williams: «Esto es lo que pasa cuando la gente que no tiene nada no para de ver un montón de productos que no se puede permitir y que además no tiene ningún motivo para creer que en algún momento de su vida se lo podrá permitir».
«La desigualdad genera más violencia que la pobreza», afirma el catedrático Fonseca
«Por primera vez nos encontramos con una generación que está creciendo con una incertidumbre total sobre su futuro. No tienen ninguna garantía de que vayan a encontrar un trabajo ni una casa y además sienten que los políticos no se preocupan por ellos», afirmó esta semana Ken Livingstone, el anterior alcalde de Londres, en el programa Newsnightde la BBC.
Livingstone también señaló una de las causas que los conservadores no están dispuestos a aceptar: «Cuando haces recortes tan grandes siempre hay el riesgo de que se produzca una revuelta como esta».
El profesor Fonseca también considera que las políticas de recortes a las que son tan aficionados los gobiernos tories tienen gran parte de culpa: «Margaret Thatcher fue la primera en aplicar en Europa las políticas de Milton Friedman basadas en el desmantelamiento de todo lo público, lo que generó una gran exclusión social»,
Para Fonseca, en tales condiciones la violencia necesita menos motivos para aparecer. «Nadie puede justificar lo sucedido, pero cuando la gente no tiene nada que perder se comporta de una manera irracional», afirma el catedrático de la Complutense.
Prejuicios racistas
Pese a que el Gobierno ha intentado desvincular cualquier motivo racista en la muerte del joven negro Mark Duggan en un tiroteo con la Policía, las estadísticas no ayudan a pensar que la Policía británica no actúa condicionada por intensos prejuicios.
En las páginas de The Independent, Christina Patterson recordó: «Muchos hombres negros han muerto a manos de la Policía. Muchos hombres y mujeres negras han sido tratados como criminales sin serlo. No es el motivo principal de la revuelta, pero sí se trata de una de las causas».
Desde 1998 han muerto 333 personas bajo custodia policial. Ningún agente ha sido condenado
La desconfianza en la Policía británica se apoya en algunos datos reveladores. Desde 1998 han muerto 333 personas mientras estaban bajo custodia policial. De todas las investigaciones internas desarrolladas por las autoridades policiales, ni un solo agente ha terminado castigado. Y eso pese a que en al menos 13 casos se recomendó el procesamiento de los agentes basándose en pruebas determinantes sobre su negligencia o mala conducta.
El sentimiento de grupo también ha jugado un papel importante, en opinión del profesor Wilson. «La sensación de invulnerabilidad al formar parte de algo tan grande es muy fuerte. Eso, unido al sentimiento de formar parte de algo transgresor que cuenta con un poder que en la sociedad en la que viven no están acostumbrados a tener», considera Wilson.
Otros han preferido, en la re-currente tendencia actual, culpar de lo sucedido a la música y los videojuegos. «La culpa la tiene la perniciosa cultura del odio que rodea la música rap y los juegos de ordenador, que glorifican la violencia y el odio por la autoridad», dejó escrito en el Daily Mirror el columnista Paul Routledge.
El rapero Reveal le contestó en el programa Newsnight: «La pregunta que hay que hacerse es ¿por qué los chavales se comportan así? La Policía sólo se impone con el uso de la fuerza. La Policía ha actuado sistemáticamente como la pandilla más grande en Reino Unido y ahora están siendo tratados de la misma manera por los jóvenes».