Juantxo López de Uralde.
La presencia de un partido en las encuestas políticas tiene por si misma una capacidad de encauzar el voto. Dicho de otra manera: si no estás en las encuestas no existes, y por tanto no es previsible que recibas el voto ciudadano. Es lo que viene ocurriendo tradicionalmente con las encuestas y el voto verde, y en esta ocasión no es una excepción. La útlima encuesta del CIS aporta, sin embargo, un dato bastante relevante: a la pregunta sobre la adscripción ideológica (número 11) un 4, 5% responde “ecologista” como primera opción, y hasta un 7% más la elige como segunda opción. Este simple dato permite algunas reflexiones interesantes. Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que al no existir en la encuesta un partido que represente esos valores, es lógico que el dato sea relativamente bajo. Sin embargo muestra que en España, al igual que en el resto de los paises de nuestro entorno, hay mucha gente que está dispuesta a dar su voto a una opción política que ponga la sostenibilidad en la primera línea de su propuesta política. Más del 10% de la población española se autodefine como ecologista en primera o segunda opción, lo cual la acerca a la autodefinición como “socialista” o “conservador” (13%), y queda muy por encima, por ejemplo, de “comunista” (1%). El voto verde por tanto en España existe, y tiene un potencial muy importante.
Se trata, pienso yo, de una muy buena noticia para el proyecto EQUO. Al no existir todavía como partido con representación no aparece en ninguna encuesta, y será difícil que lo haga antes de las elecciones de 2012, sin embargo, la irrupción electoral de EQUO cuenta con una base sobre la que puede asentarse un voto que lo lleve a alcanzar representación en el Parlamento.
El voto ecologista, hasta ahora, ha sido un voto que ha ido a otros partidos. Mucho se ha especulado sobre de dónde podría venir el voto a EQUO. Ahora ya sabemos que una primera opción es, simplemente la de ciudadan@s que se sienten ecologistas pero que hasta ahora no han encontrado una opción adecuada de este signo.
EQUO no es sólo un proyecto ecologista. También es una nueva forma de entender la democracia, más abierta y participativa; y un movimiento en favor de la equidad social y los derechos humanos. La base potencial de voto, por tanto, es todavía mucho más amplia.
Se trata, en todo caso, de un dato interesante y muy esclarecedor. Y aporta una buena dosis de optimismo para el proyecto EQUO de cara a las elecciones generales de 2012.