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Unir Andalucía para cambiar el Estado: federalismo y plurinacionalidad

Rafa Rodríguez

1.      La globalización le ha dado a los poderes económicos una dimensión planetaria

La globalización le ha dado a los poderes económicos una dimensión planetaria que el sistema público democrático debe también alcanzar mediante la evolución constitucional de los Estados Democráticos para defender la efectividad de la democracia en este nuevo contexto.

 

2.      El federalismo y la plurinacional son los dos instrumentos esenciales para fortalecer la democracia en el siglo XXI.

Ambos vectores son necesarios para construir un nuevo sistema público democrático:

  1. El principio federal permite multiplicar las escalas institucionales de la democracia mediante la articulación del sistema público democrático en distintos niveles.
  2. La plurinacionalidad permite, a su vez, la institucionalización de los sentimientos de pertenencia comunitaria para fortalecer tanto las estructuras sociales de solidaridad como su conexión con el sistema público democráticoLos sentimientos de pertenencia nacionales y comunitarios son el vínculo emocional de la ciudadanía con las instituciones democráticas mediante el reconocimiento político de la voluntad colectiva de autogobierno.
  3. El sistema público democrático debe y puede evolucionar hacia una red en múltiples escalas, desde la escala local, estatal y federal, hasta la escala continental e incluso mundial para tener la dimensión y el enraizamiento suficiente que le permita no estar subordinado a los poderes económicos no democráticos y profundizar en la democracia extendiendo los principios de igualdad y sostenibilidad al conjunto de las relaciones sociales, económicas y ambientales.
  4. La articulación del sistema público democrático y los sentimientos de pertenencia nacionales y comunitarios es imprescindible para hacer frente a la crisis estructural de la globalización porque su sinergia es la clave para fortalecer al poder público.

 

3.      El federalismo plurinacional en España es aún más necesario por:

  1. El tipo de capitalismo que se ha configurado que se apoya en la conexión entre las élites políticas que dominan al Estado central, donde siguen estando los resortes efectivos del poder político, y las élites económicas. Romper esta conexión es el requisito más importante para la plena democratización del conjunto del Estado.
  2. Esta concentración del poder en el vértice central también impide que haya una distribución justa de los recursos financieros y materiales para equilibrar los territorios de forma que, lejos de producirse un acercamiento en los niveles de igualdad, sigue creciendo la desigualdad territorial y social.
  3. La singular configuración de los sentimientos nacionales y comunitarios en el conjunto del Estado necesita encontrar el pleno reconocimiento institucional que permita la convivencia democrática mediante la expresión de este pluralismo.
  4. Es la alternativa frente a la crisis territorial del Estado. Frente a las alternativas excluyentes es necesario tomar la iniciativa para construir un Estado amable e inclusivo no solo para el acercamiento entre la opinión pública de la ciudadanía en Cataluña y el resto del Estado, sino para que esta inclusividad se produzca sobre los principios de igualdad, pluralidad y solidaridad.
  5. Federalizar al conjunto del Estado y reconocer el carácter plurinacionalidad de nuestros sentimientos nacionales es la vía para fortalecer al poder público en España.
  6. El federalismo plurinacional es también la alternativa para construir un espacio simbólico democrático en el que se haga justicia con nuestra historia y celebremos los hitos y nos reconozcamos en la diversidad y en la igualdad.

4.      El federalismo en España implica:

  1. Por una parte, más y mejor autogobierno. En España, las Comunidades Autónomas tienen amplias competencias, pero no tienen una definición clara en cuanto a su naturaleza estatal, una de las características básicas de los Estados federales, como es el caso de la República Federal de Alemania, ni hemos asumido competencias para resolver los nuevos retos que se plantean en el siglo XXI,
  2. El segundo componente es la articulación federal que debe establecer los cauces para la participación de las Comunidades Autónomas en las decisiones legislativas y planificadoras del Estado central que afecten al conjunto de los territorios.
  3. La ausencia de estos mecanismos de articulación entre las Comunidades Autónomas y el Estado Central es el mayor déficit federal del conjunto del Estado, que ha impedido abrir la caja negra de la conexión entre las restringidas élites políticas que han dominado el Estado central y la oligarquía española, manteniendo artificialmente un capitalismo de tipo especulativo e impidiendo que se generasen dinámicas de cohesión territorial.
  4. Esta desconexión ha provocado, en cambio, una dinámica política centrífuga en aquellos territorios donde había partidos nacionalistas con fuerte representación, como en País vasco y Cataluña, acompañada de una dinámica centrípeta en el resto, agudizando la polaridad en la opinión pública entre el independentismo y el centralismo.
  5.  La articulación federal, junto al reconocimiento de la plena naturaleza estatal de las CC.AA, puede y debe organizar estructuralmente los distintos niveles territoriales jurídico – políticos: autonomía local; estructura participativa de las CC.AA. en las decisiones con implicaciones territoriales del Estado central; nueva funcionalidad del Estado central; constitucionalización de nuestra pertenencia a la Unión Europea y al Euro y avanzar en la práctica de la justicia universal.
  6.  La plurinacionalidad, a su vez, supone el reconocimiento político de las identidades nacionales y comunitarias que existen en el Estado, mediante la defensa de la neta superioridad ético-política de la convivencia en un proyecto de tolerancia, lealtad, confianza y respeto mutuo, superando el vocabulario de las esencias nacionales, de las soberanías excluyentes y de la cosificación defensiva de las identidades que, en vez de blindarlas, las aísla y las conviertes en excluyentes y, por lo tanto, en incompatibles con la democracia en general y en particular con la democracia federal.

 

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