Raúl Solís | Las crisis económicas siempre conllevan un enfado generalizado de la ciudadanía con los políticos. Así ocurrió en 1995 cuando las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) situaban a los políticos como uno de los quebraderos de cabeza de los españoles. Igual que ocurre en la actualidad. Otro mal que llevan aparejadas las crisis económicas es el repunte de la xenofobia y el populismo como estrategia electoral.
Cuando a grandes problemas no se encuentran grandes soluciones, lo más efectivo para el recuento de votos es buscar enemigos a los que culpar del triste panorama. UPyD es la aplicación directa del populismo a las instituciones. Un día se querellan contra los culpables de Bankia y otro votan contra la dación en pago. Son marxistas como Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”.
UPyD ha conseguido instalar su discurso en el centro del debate político. Niegan las ideologías, desprestigian las instituciones democráticas y son expertos en buscar chivos expiatorios. Su secreto para salir de la crisis económica es eliminando coches oficiales, políticos, empresas públicas, autonomías, sueldos, embajadas y banderas. Rosa Díez ha sido de todo desde hace 33 años: diputada provincial, autonómica, eurodiputada, consejera del Gobierno vasco en coalición con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y parlamentaria del Congreso de los Diputados. Pero si un extraterrestre escucha su populismo incendiario puede pensar que lleva tres décadas trabajando en un Burger King.
Para UPyD, las ideologías son ETA. Su populismo dice no tener ideología y juega a favor entre una población desconcertada ante una crisis que cambiará el mundo tal como lo conocemos. UPyD tiene la osadía de defender un martes la eliminación de las subvenciones a los partidos políticos y cobrar un miércoles 680.000 euros en concepto de subvención electoral.
El partido de Rosa Díez es a la política lo que a las librerías son los libros de autoayuda que prometen el secreto instantáneo para hallar la felicidad. En el mercado editorial, han comprendido que es buen momento para las publicaciones sobre psicología de supermercado y UPyD ha entendido que su campo de acción está entre la indignación que, en vez de buscar soluciones, sólo encuentra enemigos contra los que disparar.
Para el marxismo de Groucho Marx, renunciar a las ideologías le da carta blanca para pactar un día con el PP y otro con el PSOE, según convenga. O para salir al estrado parlamentario a pronunciar un discurso sin fondo que únicamente anhela un titular en 140 caracteres para ser trending topic en las redes sociales.
Frente al populismo, al que le sobran concejales, parlamentos democráticos e instituciones, la única salida posible a la crisis vendrá de un debate sosegado sobre ideologías, que no es otra cosa que los modelos de sociedades posibles. Mientras sigamos buscando la solución en los sueldos de los políticos -incluidos los 5.300 euros mensuales que cobra Rosa Díez- lo único que haremos será mucha demagogia y poca aportación real a la salida de la crisis. Las causas y soluciones a la crisis económica están a muchos más kilómetros que los coches oficiales.
Exigir más y mejor democracia no puede ser la excusa para levantar una sospecha inquisitorial sobre cualquier político. Después de la política, a los pobres no les queda nada más para defenderse de quienes no necesitan concurrir a una elecciones democráticas para ser poderosos. Lo contrario de los políticos son los dictadores. Y lo contrario de las ideologías son las dictaduras.
Twitter | @raulsolisgalvan
Como bien dice el Sr. Francisco Sánchez (anterior respuesta), el autor de este artículo, el Sr. Raúl Solís, o no tiene ni «pajolera idea» de lo que dice (no creo que haya perdido el tiempo en leer el ideario de UPyD), o se siente muy a gusto con el actual sistema que nos está llevando a la más cruel de las ruinas, reconocido ya por una grandísima mayoría de ciudadanos, votantes tanto de derechas como de izquierdas.
Antes de nada, yo lo invitaría a que perdiese unos minutos de su apretadísima agenda, y así pudiese informar mejor a sus lectores. Aunque creo que sería una tarea difícil de conseguir, porque, una vez leído su artículo, me inclino más por pensar que a él le va muy bien en «el país de Alicia y las maravillas».
Hay que ser mal demagogo (aparte de mentiroso) para decir que UPyD votó o está en contra de la dación en pago. O está muy mal informado o tiene narices este señor, o de lo contrario es un auténtico manipulador, cosa que no me extrañaría lo más mínimo. Y en cuanto a lo de Bankia, parece que le sienta mal a este señor, que se lleve ante la Justicia a los responsables de tamaño despropósito, que por cierto a afectado a miles de personas en nuestro país.
Y ya nos dirá este señor como se sale de la crisis si no es reduciendo coches oficiales (que por cierto hay más que en EE.UU.), el Senado (que papel juega?), empresas públicas (conocidas popularmente como chiringuitos) y que dan cobijo casi en exclusiva a familiares de políticos y afiliados de los partidos gobernantes, autonomías que nos han llevado con sus deficits a este desastre (véase la Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Andalucía, País Vasco, etc., etc.), sueldos desproporcionados (hay muchos alcaldes y concejales -incluso de pueblos pequeñísimos- que cobran más que el mismísimo Presidente de Gobierno) y el auténtico despropósito como es el de las embajadas (que ya me dirá Vd. el papel que hacen) y que cuestan un montón de millones de Euros que tenemos que pagar los ciudadanos. Por lo tanto, la conclusión que saco de este artículo, es que este señor o no vive en España, o vive presuntamente «de» o «a» cargo de alguno de los políticos que nos llevaron hasta esta situación. Y que, por lo tanto, está defendiendo a toda costa su «privilegiada» situación. De otra manera no se entendería.
Se nota señor Solís, que no tiene ni pajotera idea del ideario de UPyD el que todo el mundo puede leer en su pagina web, al mismo tiempo que has escrito mentiras como casas, así que te aconsejo que contraste y te informes bien antes de escribir.
A diferencia de otros partidos UPyD es el único que (hace lo que dice y dice lo que hace) ya que lo demuestra día a día con sus acciones, por eso mismo se merece respeto aunque personas como el señor Solís no comparta el ideario de UPyD por algún motivo, o pudiera ser que SI comparta pero sus intereses personales y o partidistas les obligue escribir mentiras.
Saludos.
Sí. sí, Raúl, ríete… pero fíjate lo lejos que llegó con parecida demagogia barata Alejandro Lerroux, aunque con mucha mejor oratoria y mucha más cultura. lo que no he entendido es eso de que debemos «exigir más y mejor democracia». Entonces ¿quieres dar ha entender que vivimos ya en una Democracia? Porque verás, la Democracia ES o NO ES (¡socorro, Curro, invoca a Parménides!), otra cosa es tomarnos por pardillos. Y da la causalidad que aunque se mantenga una ficción de opereta «democrática» expañolista, ni de lejos se dan las condiciones para que podamos considerar que vivimos en una DEMOCRACIA FORMAL. Y no sólo nosotros sino hasta algunos artistas tienes serias dudas desde ha tiempo:
http://www.youtube.com/watch?v=Ef8656luoJM
Bueno quizás a muchos molesten que haya tomado el papel que quizás otros defensores de «lo publico» hubiesen debido hacer en su momento,nunca esta tarde para rectificar y dejar » las formas» y atacar los fondos.
Es Realmente es necesario el replantearse si el Estado que hemos creado es el que queremos ,que puede ser que si o el que podemos mantener ,que puede ser que no.
El ser valiente.,cojer una bandera que quizás por haberlo conocido ha llegado a la conclusión ,y por ende nos que preocuparsilusiona y nos hace compartir su mismo proyecto ,o debe ser motivo de descatalogacion ni de desprestigio,
Pienso que este tipo de ataques viscerales quizás egoístas solo demuestraque a nacido alguien / algo de.lo que preocuparse ,algo de tener en cuenta y por ello estas criticas fortalecen aun mas el proyecto.
No podemos mantener un estado insostenible a costa de disminuir unos servicios públicos que nos han puesto en un nivel de satisfacción personal y colectiva a la que nadie queremos renunciar y no hay mas de lo que hay y hay que decidir dondo,como,cuanto destinamos a cada uno de los compromisos sociales,de infraestructuras etc……