Escrutados el 100% de los votos, el bloque ‘rojo’ (formado por Socialdemócratas, Partido Popular Socialista, Radical-Liberal y Coalición ‘rojiverde’ Lista Única) tendría 92 escaños frente a los 87 conseguidos por el bloque ‘azul’, actualmente en el gobierno (integrado por Liberales, Partido Popular Conservador, Partido Popular Danés, Alianza Liberal y Partido Popular Cristiano).
Aunque los Socialdemócratas y el Partido Popular Socialista habrían empeorado considerablemente el resultado obtenido hace cuatro años, el fuerte avance de dos de sus aliados, el Partido Radical Liberal (más centrista) y los rojiverdes o Lista Única, haría posible que Thorning-Schmidt llegara al poder. Por su parte, el partido del actual jefe de Gobierno, el liberal Lars Løkke Rasmussen, a pesar de haber sumado un escaño respecto a 2007, no aspira al gobierno por la pérdida de votos de los conservadores y del partido de extrema derecha Partido Popular Danés.
Thorning-Schmidt se enfrenta ahora a un panorama complicado, puesto que deberá conciliar las diferentes posturas de radicales y rojiverdes –especialmente en materia económica- para gobernar en coalición.
Con una tasa de desempleo del 6% (el doble que hace dos años) y un agujero de 47.000 millones de coronas (6.200 millones de euros), la campaña electoral se ha centrado en la crisis económica que atraviesa el país y en las distintas soluciones propuestas por los candidatos. El actual Gobierno, liderado por el primer ministro Lars Løkke Rasmussen, apuesta por la congelación de impuestos y la austeridad en el gasto, con un recorte en los subsidios por desempleo y las ayudas a familias y a estudiantes. Mientras que los socialdemócratas abogan por estimular la economía mediante el gasto fiscal, gracias a un aumento de los impuestos para pensiones elevadas y millonarios y una ampliación de la jornada laboral de 12 minutos al día.
La inmigración ha quedado en esta ocasión relegada a un papel secundario a pesar de las polémicas medidas aprobadas en esta materia por el actual gobierno. Sin embargo, Thorning-Schmidt ha prometido que anulará la polémica ley de restauración del control de fronteras aprobada este año a iniciativa del ultraderechista Partido Popular Danés.