Vino el 15 M y les amargó la fiesta.
Desde la revista El Naufragio queremos manifestar nuestro apoyo a las movilizaciones surgidas a raíz de las convocatorias del 15 de mayo. Estamos viviendo unos años de locura liberal en los que se han tomado medidas supuestamente excepcionales de consecuencias catastróficas para los trabajadores. Unas medidas dictadas por empresarios y banqueros, pero que vergonzosamente han contado con el apoyo explícito de sindicatos y partidos políticos amparados en la excusa de una crisis financiera. Todo ello con la supuesta voluntad de eludir un colapso calamitoso del sistema capitalista que podría arrasar con todos nosotros. En este contexto deprimente y abúlico, los políticos preparaban una nueva fiesta de la democracia y se dedicaban a cacarear ñoñeces e imbecilidades que ni ellos mismos se creen. Sin embargo, sin esperarlo, el enésimo canapé del mitin electoralista ha empezado a saberles a rancio, la imprevisibilidad con la que un centenar de miles de personas salieron el domingo 15M en diferentes ciudades ha desbordado las expectativas de los propios convocantes y convocados. La ingenuidad de los primeros manifiestos con los que se trataba de aunar el descontento ha quedado superada por las pintadas, acampadas y discusiones que se están produciendo de una forma espontanea. Hay que constatar que la chispa está prendiendo las ganas de protestar, de intervenir y de discutir de la gente y que las movilizaciones han continuado de un modo autónomo, desobedeciendo las prohibiciones de juntas electorales y fuerzas de seguridad.
No obstante, el movimiento que está iniciándose en estos momentos tendrá aún más valor si es capaz de sobrevivir a las elecciones del 22 de mayo y si comienza a concretarse en acciones que vayan más allá de la mera muestra del desengaño democrático. Pero de la misma manera que es necesaria una radicalización de las movilizaciones debemos ser conscientes de que tras el 22 de mayo la represión que se ponga en marcha será muy dura, de hecho ya contamos con 19 detenidos tras cargas policiales arbitrarias y brutales. Además y aunque también esto era predecible, nos tenemos que enfrentar al intento de sacar rédito político y mediático de este movimiento por parte de diferentes grupos y partidos de la izquierda.
Somos pesimistas, sabemos que todo está en contra de nosotros, pero es imprescindible aprovechar este mínimo resquicio de despertar social para introducir un aliento utópico. De aquí en adelante la batalla no será solo exclusivamente contra la reacción del capital sino también contra la propia actitud de una sociedad sumisa que ha acatado como un hecho consumado la estructura totalitaria del capitalismo.
El enemigo no es la crisis, es el sistema y no queremos salvarlo, no queremos que tenga un rostro humano, no queremos que nos prometan más subsidios de desempleo, ni becas, ni que nos prometan un trabajo que ni siquiera pueden darnos. Creemos necesario hacer conscientes a los ciudadanos de la capacidad de lucha que aún reside en todos nosotros, porque no estamos tan agotados y humillados como para seguir tragando indolentemente la bazofia que nos suministran. Por lo pronto, hay que arrebatar la legitimación a un sistema político que nunca nos representó, apoderarse, por tanto, de la soberanía de la que nos han expropiado.
El naufragio
Sevilla, 19 de mayo de 2011.
¿Y ahora acercándonos al fin de la Primavera qué? ¿La «spanish revolution» se transformará como siempre en «spaÑish involution»? La falta de DEMOCRACIA REAL es un hecho gravísimo que exige, para que el totalitarismo que padecemos no vaya a mayores (aunque esta Cloaca Máxima no parece tener fondo), que apostemos por ACCIONES mucho más firmes, siempre dentro de la «no violencia», como las huelgas de hambre, los encadenamientos, los actos de repercusión mediática internacional, etc, sin tregua ni cuartel.
No olvidemos además que el más firme cómplice de este clerical-fa$ci$mo centralista con el que nos torturan ha sido precisamente ese «cristianismo» -de base o desfase- que ahora pretende aparecer mimetizado como si este engendro fuese cosa de otros que nada tiene que ver con ellos.
Por no hablar de los pesebreros eternos postulantes, vaselina rojiparda en vano, a prestarse a consolidar el bipartidismo y una ley electoral que impide todo pluralismo: los hipócritas travestidos de «demócrata» (¿pero eso no era una cochinada burguesa?, ¿en qué quedamos, naZilenini$ta$) de la desenmascarada Izqda Undida, ahora fiel infantería de «sandokán» en Córdoba y puntal para que nada cambie de los clerical-$ociata$ en Extremadura.
Atentos a esos sendos infiltrados parafascistas: los conoceréis porque para reventar cualquier mínima posibilidad de éxito, se presentan reivindicando la colectivización de la Vía Láctea y el nuevo soviet del sistema solar o cualquier sandez que se les ocurra para aparentar que son más guevaristas que el Ché o más fidelistas que los hermanos Castro. Un truco tan viejo como mear bajándose la bragueta o las bragas, en el que ya ni los más pardillos del reino pican.
¡SEPARACION DE LOS TRES PODERES REAL COMO EN EL RESTO DE EUROPA! ¡LEY ELECTORAL NO SOLO A LA CARTA DEL NEOFASCISMO A TRES BANDAS CRIMINAL! ADELANTE, EL FUTURO NOS PERTENECE! VIVA AL-ANDALUSÍA INDEPENDIENTE Y REVOLUCIONARIA! VENCEREMOS!