Jesús García López | Se han cumplido 30 años de servicios de empleo en la Universidad de Granada. Con ese motivo el portal UGR Empleo 2.0 ( http://empleo.ugr.es/2.0 ), publica una serie de entrevistas con algunas de la personas que han participado en la promoción del empleo y las prácticas entre los estudiantes y titulados universitarios. Aquella apuesta empezó por el impulso del Rector Vida Soria y ha seguido siendo desarrollada, por los distintos responsables de nuestra institución universitaria.
Recientemente, durante el acto de entrega de distinciones, desde el Crucero del Hospital Real, el Rector de la UGR recordaba los tiempos convulsos del Claustro Constituyente, las ansias por una Universidad democrática y abierta a su entorno y a todos los ciudadanos, más allá de su condición económica.
Las universidades públicas ni debían ni deben ser elitistas, lo cual no significa la renuncia a la excelencia. Los recursos de la Hacienda Pública que se destinen, siempre hemos de darlos por bien empleados. Son la inversión que nos merece la pena, la que es más rentable para la sociedad, son la bomba de relojería de la innovación, el desarrollo y el futuro.
En aquellos momentos hacíamos el trabajo de campo de un estudio, que no tenía precedentes: La adecuación de la Universidad de Granada a su medio. El análisis de los actores y espectadores del mundo de la educación superior, nos ponía sobre aviso de las carencias en relación con los entornos sociales y productivos. Empleadores, agentes sociales, institucionales…Se daba la circunstancia que en nuestro ámbito, incluso se encontraban las provincias de Almería y Jaén. Si alguna conclusión sacamos de aquello, es que la adecuación de la UGR al medio había sido inexistente.
Ni consejos sociales, ni empresas, ni departamentos multidisciplinares. Todo aquello era muy a pie quieto, tan estanco como el país por el que se clamaba, en todos los foros por su reforma. Las cosas solo estaban al alcance de unos pocos. Unos pocos que eran los de siempre. Unos pocos que son, en buena parte, los de ahora…
En realidad ningún tiempo pasado fue mejor. Solo hubo un atisbo y lo refleja el profesor Jiménez Yangüas en un artículo de Ideal de solo hace unos días. Y no es que fuera mejor que ahora. Pero si mejor que antes. La era de nuestro patrimonio industrial. La del tranvía y las azucareras, la que visto lo visto no podemos creer que sucediera.
Aquel estudio se enterró, quiere decir que el Rector de turno no lo publicó. No explico sus conclusiones. Pero los papeles los tenemos y seguro que algún día servirán para algo. Esto es la “Uni” ¡no! Y va de eso ¡verdad!
Pasamos a otro capítulo. También cercano en el tiempo de la movida. ¡Mira que los 80 dieron para…! Recuerdo, los entramados verdiblancos de un viejo Amstrad. Puede que se deletreara así. Escribíamos un “doc” sobre un CIE para mañana.
-¡No, no! En eso “pa” que tiene que meterse la universidad.
El CIE era el germen de un centro de iniciativas de empleo. Ahí se hablaba de prácticas. Autoempleo, fomento de empleo directo, de orientación laboral.
Me vienen a la cabeza los coordinadores del estudio. Felipe Sáez del Ministerio de entonces y Manuel Bonachela Mesas, que fue Secretario General de esta universidad. También la actitud de Vicerrectores como Lodeiro y del malogrado J.J. Ruiz Rico. Pero si alguien merece algo, más que una medalla, es nuestro compañero PAS Enrique Cerdá Gila.
Pocas veces tendré algo tan claro, como a quien hay algo que agradecer en un territorio como este, el del fomento del empleo entre los universitarios.
Lo de las prácticas no fue fácil aunque ahora pueda parecer sencillo, ineludible. Lo de los cursos del Fondo Social Europeo, ni lo cuento.
¡Bueno! Es parte de la historia de nuestro efímero Estado del Bienestar que han de leer y releer nuestros gobernantes de ahora.
Y detrás… ¿Quién está detrás? Detrás están las ayudas europeas. Las ayudas de Europa existieron antes que los recortes. Luego…
Pero es que en nuestro marco normativo avanzado en tantas cuestiones, detrás está el legislador europeo. Sus directivas comunitarias. En la trastienda de Bruselas, hay muchas de las garantías que hoy tenemos los ciudadanos y ciudadanas de Europa.
Por eso hubiera merecido la pena ponerse de acuerdo sobre una Constitución Europea, de verdad. Una Constitución Social. Por eso, como algún innombrable dice, es por lo que es donde más merece la pena votar y se vota menos. Es donde más se puede decidir y todavía no nos damos cuenta de ello.
¡Uf! El viejo COIE se convirtió en Agencia de Colocación. Andalucía entró de lleno en el problema. Es que lo era. Es que lo es. Además empezaba a ser su competencia. No es lo mismo predicar que dar trigo. Eso no cambia.
El programa de prácticas dio origen al “Universo Ícaro”. Las universidades andaluzas empezaban a estar conectadas. Del Internet que ni imaginábamos al EDUROAM.
Se produjo la diáspora de Severo Ochoa, hoy quedan las becas y otras cosas. Pero los cursos del Fondo Social Europeo se fueron a Formación Continúa, las prácticas y el empleo a San Ildefonso.
Servicios públicos cada vez más rigurosos y eficaces. Servicios públicos a los que no deberíamos renunciar nunca. Después llegaron más, la orientación, los talleres, el emprendimiento…
Al mismo tiempo, y es de suma importancia, se van consolidando los profesionales, un cuadro de técnicos para el empleo de los y las que he aprendido mucho y sigo aprendiendo.
Luego vinieron los artilugios fundacionales y los bancos poniendo cajeros en las facultades e inventando la pólvora, para una CC vinculada a un Iban de no se sabe de donde. También el empeño de que nuestros jóvenes sean más esclavos por cuenta propia, que por cuenta ajena.
El tutor había pasado a sustituir al padre espiritual con permiso de los taberneros y la psicología. Endemoniados asistentes te conminan a no bajar la guardia, a la autoayuda, al coaching, al, al ,al… Y mientras el capital metiendo las narices por todas partes…
Pensaba en todo esto y aquello en la entrega de medallas, cuando Maldonado puso el dedo en la llaga. Todos somos necesarios y algo imprescindibles.
Un Presidente de los EEUU que visita Cabo Cañaveral, pregunta al hombre de la limpieza que cómo va el trabajo y dice:
– Ya ve, poniendo un hombre en la Luna.