La Alemania de Merkel ha impuesto su modelo de Europa, la Europa del capital y los mercados, la Europa de la banca, la Europa de la destrucción de los lazos de convivencia entre pueblos y de la desintegración de los derechos sociales y laborales. La vida política de Merkel se alarga camuflando y externalizando las debilidades de la economía alemana hacia los países del sur, a cuyos pueblos no ha parado de acusar de culpables de la crisis, cuando realmente lo que han sido es víctimas de las finanzas alemanas y de un modelo de construcción institucional europea que ha favorecido a los dueños del capital.
Alemania vive además un espejismo, y si su política depredadora continúa, caerá su economía sobre un escenario de devastación social, el suyo propio y el de toda la Europa periférica. Que lo sepa el pueblo alemán, Merkel lleva a Europa camino del desastre, y el desastre entrará otra vez en el corazón de Alemania.
Merkel ha contado con importantes cómplices políticos que no vieron o no quisieron ver, por apoyar también a las élites económicas de sus respectivos países, la guerra que el capital había abierto contra la democracia para apropiarse detodo. Toda la socialdemocracia Europea trampeo o hizo trampa, engañando a su base social, cuando aceptó las políticas de austeridad y de contención del déficit que forzaron distintas reformas constitucionales, la involución legislativa de los derechos de ciudadanía y una fiscalidad injusta. Esto ha limado la credibilidad de los partidos socialdemócratas revelando su verdadera connivencia con un sistema que domina el capital y que pretende apropiarse cada vez más de las rentas del trabajo, debilitando la capacidad de negociación de las clases populares y trabajadoras.
Y allí, también en Alemania, Los Verdes han jugado a la complicidad con el sistema, porque en vez de actuar como Los Verdes alemanes, Die Grünen, han actuado como Los Alemanes verdes, cambiando la ecología política por la política ecológica. En el mismísimo Bundestag dieron un sí a los distintos “rescates” al sur (entrecomillamos la fatídica palabra porque en realidad son “hundimientos”), con sus condiciones leoninas de obligado cumplimiento. Los sentimos, pero perdieron la perspectiva europea a cambio de una corta visión en el espacio y el tiempo.
Merkel sostiene Alemania con el expolio del sur, primero condicionando su modelo productivo para enterrar en ladrillo sus excedentes de capital, después recuperando el crédito otorgado mediante el mecanismo interpuesto del BCE, y ahora obligando a mantener una política económica más allá de sus fronteras con la única intención de proteger sus exportaciones y un Euro barato que sólo le viene bien al capitalismo alemán, porque buena parte del pueblo alemán también está amenazado.
Todo el sur debería votar en Alemania para echar a Merkel (CDU) y darle una lección ética al SPD y Die Grünen. Como no va a ser, lo haremos en la Europeas de 2014 para construir un Parlamento Europeo con iniciativa política de izquierdas que advierta al gobierno Alemán que aquí sólo sobran sus políticas asesinas.
Andalucía, 9 de mayo de 2013, Día de Europa